MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
Acción contra el Hambre ha puesto en marcha ya, a nivel local, acciones que contribuyen a paliar los efectos del cambio climático y ayudar así a los más vulnerables a adaptarse a esta nueva realidad. En concreto, han llevado a cabo iniciativas en Malí, Filipinas, Guatemala y Centroamérica.
Aunque considera "crucial" el acuerdo político que se alcance durante estos días en la Cumbre del Clima que se celebra en Copenhague, el director general de esta ONG, Olivier Longué, constataba en dichos países "el impacto que los cambios de temperaturas, el avance del desierto o la recurrencia de fenómenos climáticos extremos tiene desde hace ya algunos años en los medios de vida de los más vulnerables, especialmente los pequeños agricultores".
En concreto, en Malí, Acción contra el Hambre estableció en 2002, en colaboración con el Centre for the Biosphere Spatial Studies (Cesbio) y con el Research Institute For Development (IRD), un Sistema de Información Geográfica (SIG) para realizar un seguimiento de la biomasa a través de imágenes satélite que permitirían seguir la evolución de la biomasa al norte de Sahel.
Con ello, se analiza el estado de los pastos disponibles permitiendo prever el movimiento de las poblaciones nómadas, cuáles son en cada momento los mejores pastos disponibles y cuáles están sobre explotados. Así, es posible anticiparse a posibles crisis y conflictos, apoyando los mecanismos de adaptación de la población nómada de la zona, cuyos medios de vida dependen completamente del pastoreo a la vez que se reduce el impacto por el avance del Sáhara, que año tras año consigue arrancar territorio de esta zona.
En Guatemala, se investiga poder establecer mecanismos de financiación para las poblaciones más vulnerables por mantener y repoblar sus bosques. El Pago por Servicios Ambientales es una de las posibilidades "más novedosas" que permitirían compatibilizar el cuidado del medio ambiente con el desarrollo económico de las poblaciones rurales más pobres. El mantenimiento y rehabilitación de bosques y suelos cultivables aumentará su capacidad de retención de carbono mitigando a medio y largo plazo el cambio climático.
Por su parte, Filipinas ha sido "castigada" en los últimos diez años por más de 140 desastres naturales, según asegura la organización, puede deberse al cambio climático, por lo que para tratar de adaptar a la población a esta nueva realidad, desarrolla proyectos de prevención y preparación ante estos desastres. Así, se contempla la constitución de comités de riesgo, la elaboración de planes comunitarios de evacuación o simulacros sobre cómo actuar en las primeras horas de una emergencia.
Finalmente, en Centroamérica, Acción contra el Hambre fomenta las repoblaciones forestales con el fin de evitar deslaves y facilitar la preservación de los suelos e incrementar así la infiltración del agua de lluvia en acuíferos, evitando que las aguas se desvíen completamente hacia los torrentes o cauces naturales.