MADRID 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La directora de la oficina de Plan en España, Concha López, reivindicó hoy "el derecho a tener derechos", es decir, el derecho de todos los niños a figurar en un registro público al nacer porque "lo que en el Norte es mera burocracia, en el Sur es una cuestión vital" ya que el niño que no figura "no existe" y "no puede ejercer sus derechos".
En declaraciones a Europa Press con motivo de la conmemoración, mañana, del Día Mundial de la Infancia, López destacó que en el mundo "se estima que el 50% de los niños que nacen al año no son registrados". En la actualidad, hay 24 millones de niños en el Sudeste asiático que no figuran en ninguna parte y unos 18 millones en el África Subsahariana, en la misma situación.
Entre otras razones, la directora de Plan apunta el precio que los gobiernos cobran por este trámite (unos 8 euros), que los padres muchas veces no pueden afrontar. En otros casos, el registrador se encuentra lejos de la aldea y a veces, no se realiza el trámite "por puro desconocimiento".
Plan lleva cinco años trabajando junto a UNICEF en una campaña internacional para registrar a los menores. Carmen López explica que, en uno de sus estudios sobre el terreno, un niño de Camerún afirmó que no fue registrado hasta los diez años de edad porque "es un esfuerzo económico muy grande para los padres y como es habitual que los menores de diez años mueran, los padres ni iban a gastar el dinero para nada".
El problema de no hacerlo es que los niños, para empezar, no figurarán en los presupuestos de sanidad ni de educación, no podrán votar en un futuro y "podrán ser traficados, explotados y sufrir abusos de todo tipo" porque "técnicamente no existen" y "aunque prevalecen sus derechos humanos, es mucho más difícil" hacerlos valer, apuntó López. En catástrofes como la de Bangladesh, no tener un listado "dificulta la identificación y localización" de los menores.
Desde que se puso en marcha esta iniciativa se han registrado cinco millones de niños en todo el mundo. En Camboya, por ejemplo, sólo había un tres por ciento de niños registrados cuando arrancó, y ahora el 95% de la población figura en los archivos.