ROMA 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Al menos 8.000 personas, entre refugiados e inmigrantes, han muerto desde 1993 intentando entrar en la "fortaleza Europa", según denunció hoy la organización Jesuit Refugee Service International (JRS), la asociación internacional de los jesuitas que se ocupa de refugiados, con motivo de la celebración del Día Mundial del Refugiado.
"Los Gobiernos invierten millones para expulsar a los inmigrantes sin documentos", declaró el director de la organización, Lluis Magriñà, citado por la agencia misionera de noticias MISNA. "Algunos países como India, Estados Unidos y España, están incluso alzando las barreras físicas para impedir el acceso", prosiguió.
"Sin embargo no ha sido elaborada una alternativa que evite a los refugiados el peligro de caer en las manos de traficantes y contrabandistas sin escrúpulos, frecuentemente con trágicas consecuencias", añadió el director de JRS.
Según la asociación, existe "un grave desequilibrio" entre las exigencias de control de las fronteras y la obligación de prestar asistencia a los necesitados "establecida por las leyes internacionales tutelares de los Derechos Humanos". "Lo que ocurre hoy no es solamente ilegal, es injusto", ya que "el mensaje lanzado por los Gobiernos es claro: no hay espacio para los refugiados", prosiguió Magriñà.
En estas circunstancias, según la asociación, los controles indiscriminados e inhumanos en las fronteras obligan a los "desesperados" a correr graves riesgos para huir de las condiciones de extrema pobreza, de la persecución y de la guerra que sufren en sus países de origen.
Consecuencia de ello, según JRS, es que desde 1993 "al menos 8.000 personas, entre refugiados e inmigrantes, han muerto intentando entrar en la que es definida como 'la fortaleza Europa'".