Actualizado 15/03/2007 15:58

Expertos afirman que el turista que practica explotación sexual de menores es un adulto convencido de no hacer nada malo

MADRID 15, (EUROPA PRESS)

"La mayoría de las personas" que practican turismo sexual con niños son personas "de valores rígidos" que además, una vez vuelven a sus países de origen, no sólo "no ocultan sus intereses" sino que se refuerzan y apoyan entre ellos y se dicen "que no están haciendo nada malo ni raro", según indicaron hoy expertos participantes en la I Conferencia Internacional sobre Turismo y Explotación Sexual Comercial Infantil convocada por Intervida que se celebra hoy en Madrid, y durante la que se debaten las causas, consecuencias y soluciones de un problema que afecta a cerca de dos millones de niños en todo el mundo cada año.

Durante la mesa redonda titulada 'Causas y Consecuencias de la ESCI por el turismo', el profesor de Psicología Social de la Universidad de Barcelona, Miguel Ángel Soria, explicó que "gran problema" para identificar al pornógrafo o al explotador sexual infantil reside en que la sociedad "le pone la etiqueta de pedófilo y se queda tranquila, porque le cuesta reconocer que el marido o el hijo de cualquiera puede ser consumidor de este producto e incluso traficar con él", de hecho, en algunos casos "incluso es gente que acude a conferencias como esta para recoger información que después le servirá para sus prácticas", apuntó en declaraciones a Europa Press.

Este "delincuente, además de enfermo mental", prosiguió, reúne varios "factores psicológicos" que le llevan a la acción en los países en vías de desarrollo y que, en parte, se conforman por las "facilidades" que encuentra en aquellos.

Así, explicó Soria, el explotador "tiene que luchar a dos niveles: utilizando el raciocinio, lo que es muy fácil" porque al ser un país extranjero, "puede encontrar su justificación" en que allí la prostitución infantil es una "cuestión cultural"; y "mediante su comportamiento, que se ve amparado por el anonimato a la hora de viajar".

Además, prosiguió, "cuando esa persona va a ese lugar, no sólo tiene relaciones con menores, sino que aparece todo un entramado de paraempresas que facilitan elementos desinhibidores de la explotación sexual infantil, como hoteles elegantes, alcohol, drogas, y demás, que facilitan estos comportanientos", lo que, sumado al hecho de que "el menor al que quieren acceder está desprotegido, porque en muchos casos el entorno del niño quien se lo entrega al turista", contribuye a "cambiar la percepción" del delincuente, que se auto justifica y se hace más fuerte.

Sin embargo, para Soria el primer paso es una "motivación, que se fundamenta en un estímulo fisiológico" que experimenta el explotador "a través de herramientas como vídeos o fotografías", incluyendo "campañas publicitarias, por ejemplo, en las que maquillan y visten a los niños" de forma que le resultan "sexualmente atractivos", y que despiertan en él el "deseo interno" de entrar en contacto con menores. A partir de ahí, traza un "recorrido para dar satisfacción a ese deseo" que empieza "por ejemplo en Internet con fotos de mujeres, de estas se pasa a unas imágenes más aniñadas y luego a la pornografía infantil", que, en muchos casos es la antesala de la preparación de "el viaje".

PEDOFILIA Y PEDERASTIA.

De hecho, la pedofilia está vinculada a la pederastia en muchos casos, según apuntó Alfonso Miguel, capitán de la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil porque "lo lógico es que uno primero se compre una casa pequeña y, después, una mayor, lo mismo que ocurre con el coche y con muchos aspectos de la vida. Aunque parezca un atrevimiento, ya se ha dado un caso en que pederastia ha desembocado en pedofilia, y esa parece la evolución normal".

Para el profesor de Psicología Social, el hecho de que alguien trafique con pornografía infantil no significa necesariamente que se sienta atraído por ella o que la disfrute, algo que sí resulta evidente en las personas que acumulan imágenes sexuales de menores para su uso personal. Aunque "no en todos los casos el pornógrafo llega a entrar en contacto con el menor" el experto recuerda que "cuando alguien tiene la motivación interna y el deseo de hacer algo, al final lo acaba llevando a cabo", por lo que considera que el abuso del niño es el final "esperable" para cualquier pedófilo, que, si se encuentra "dificultades en su entorno" para llevarlo a cabo, no dudará en "cruzar el charco sin problema" para conseguirlo. De hecho, sentenció, "la preparación del viaje es parte de la excitación".

Por su parte el especialista en la lucha contra el tráfico de personas de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), Torbjörn Ull, incidió en que "los occidentales que llegan a estos países, tienen Internet, tienen comunidades creadas dentro, se reunen en grupos, entran en chats privados y comparten la informacion de donde ir, a qué hotel, el nombre de los chicos y lo que tienen que hacer para encontrarlos".

Además, prosiguió en su intervención en la mesa redonda 'Soluciones Públicas al problema de la ESCI en el turismo', "cuando llegan al país de destino no ocultan sus intereses, hablan de estos chicos como si fueran adolescentes que hablan de sus novias y se refuerzan y apoyan entre ellos como si se tratase de un lobby porque se dicen que no están haciendo nada malo ni raro, e intentan extender esta impresión al resto del mundo".

Respecto a las prácticas, Ull denunció que es muy habitual que estos grupos de turistas explotadores de menores "tomen imágenes del abuso de niños que han cometido y las cuelguen en internet estando todavía en el destino, para asegurarse de que cuando vuelvan a su país las tendran disponibles en la red, sin haberse expuesto a que les pillen con ellas en las manos". Es en este punto donde comienza "el verdadero fondo de la cuestión: el beneficio económico que hay detrás de estas webs", según el responsable de la OIM. "Esto está organizado y una vez que empiezan a recogerse estas imágenes, en el límite o no de los abusos de niños, empieza a generarse dinero", sentenció.

El responsable para los derechos infantiles de la ONG Terre des Hommes, Bernard Boëton, fue más allá y afirmó que "no se trata sólo de una lucha contra la trama empresarial o de los beneficios, sino una lucha ideológica" porque, según ha constatado su organización, "en la web no sólo hay imágenes pornográficas, sino que han proliferado muchas páginas que promocionan las actividades sexuales con niños apelando, por ejemplo, al derecho éstos a amar, entre otros argumentos pseudo filosóficos".