MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) acusa al Gobierno de Sri Lanka de tratar de legitimar la matanza de miles de civiles durante la guerra librada contra los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE). HRW cree que esa es la razón por la que las autoridades de la isla han organizado una conferencia militar internacional, y por tanto pide a los países invitados que no asistan para mostrar su rechazo.
Representantes de República Checa, Hungría, Italia, Rumanía, Suiza, Turquía y Ucrania tienen previsto asistir a la cita. En total Sri Lanka ha invitado a 54 países al "Seminario para Combatir el Terrorismo: La Experiencia Ceilandesa", en el que se enumerarán los factores que contribuyeron a la derrota de los Tigres Tamiles.
"El autoproclamado 'modelo' de contrainsurgencia de Sri Lanka incluye el bombardeo repetido contra civiles, los ataques a hospitales y la intención de evitar que el mundo se entere", ha dicho el director de HRW para Asia, Brad Adams. A su entender la conferencia "no es más que un ejercicio de relaciones públicas para encubrir los abusos".
En abril el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, publicó un informe a cargo de un panel de expertos en el que se concluía que tanto las fuerzas gubernamentales como las del LTTE llevaron a cabo sus operaciones militares "con una flagrante indiferencia hacia la protección, los derechos, el bienestar y las vidas de civiles y no respetaron las normas de la ley internacional".
Estos expertos calculan que durante los últimos meses de la guerra, que llegó a su fin en mayo de 2009, murieron hasta 40.000 civiles. El conflicto ceilandés era uno de los más largos del mundo, pues había estallado en 1983.
El Ejecutivo de la isla se defiende de estas acusaciones e insiste en que impulsó una "operación de rescate humanitario" con una política de "cero bajas civiles".
El panel de la ONU también arremete contra los Tigres Tamiles, a los que acusan de utilizar civiles como escudos humanos, reclutar a niños y de perpetrar ataques suicidas contra la población civil, entre otros crímenes.
Además pidió al Ejecutivo ceilandés que llevara a cabo una investigación rigurosa, y recomendó a Naciones Unidas la creación de un mecanismo internacional independiente para la aplicación de las directrices sugeridas a Colombo. La autoridad ceilandesa no ha accedido a dar estos pasos, pues considera que el panel es "ilegal, tendencioso, carente de fundamentos y unilateral".
En lugar de ello ha apostado por una "re-evaluación de las normas de combate militar" en la lucha contra grupos terroristas. HRW sospecha que de este modo pretende que los Gobiernos puedan ignorar la legislación de guerra en operaciones de contrainsurgencia.
La ONG apuesta también por que los estados de la ONU establezcan una investigación independiente. "Hay importantes lecciones que aprender de la derrota del LTTE, una insurgencia cruel y brutal", ha añadido Adams, quien matiza que "estas lecciones no se aprenderán mientras el Gobierno ceilandés distorsione la verdad e intente mantener ocultas sus atrocidades".