HRW denuncia que la muerte de 11 niños cerca de Damasco (Siria) se debió a un ataque del Ejército con bombas de racimo

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 27 noviembre 2012 12:13

MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este martes que la muerte de once niños durante un ataque aéreo efectuado el pasado domingo sobre Deir al Asafir --una localidad en poder de los rebeldes situada a solo doce kilómetros de Damasco-- se debió al uso de bombas de racimo por parte del Ejército del régimen sirio de Bashar al Assad.

De acuerdo con las imágenes de vídeo y de los testimonios de los vecinos, al menos once niños perdieron la vida. Un residente aseguró a Human Rights Watch que una de las bombas impactó sobre una zona en la que jugaban al menos 20 niños.

"Este ataque demuestra que las bombas de racimo matan sin discriminar entre civiles y militares", declaró la responsable sobre armas de Human Rights Watch, Mary Wareham. "Debido a los devastadores daños que causan a los civiles, las bombas de racimo no deben utilizarse por nadie, en ningún lugar y en ningún momento", añadió.

Los vídeos difundidos por la oposición indican, según el análisis efectuado por HRW, que en el ataque se utilizaron al menos tres bombas de racimo del tipo RBK-250/275 AO-1SCh, cada una de las cuales contiene 150 pequeñas bombas de fragmentación antipersona AO-1SCh y cuyo radio de destrucción es de unos 4.800 metros cuadrados.

Estos artefactos podrían haber sido fabricados en la desaparecida Unión Soviética en los años setenta. Se desconoce cómo pudo adquirir Siria estas armas. Aparte, las imágenes de vídeo permiten identificar más de 50 restos de pequeñas bombas AO-1SCh sin explotar, las cuales, según HRW, suponen "un peligro mortal para quienes las cojan o se acerquen a ellas".

Las imágenes también muestran a niños y adultos tumbados en el suelo con heridas propias de las bombas de racimo. Tanto los restos de las bombas como los testimonios indican que una de las bombas cayó en el campo en que jugaban los niños, una segunda impacto en una vivienda situada a menos de 50 metros de distancia y la tercera cayó sobre una granja ubicada a unos 150 metros.

Un vecino residente cerca del lugar precisó en uno de los vídeos que en el ataque contra el campo de juegos murieron al menos seis niños de entre cuatro y trece años de edad. Otro testigo indicó que la segunda bomba causó la muerte de otros cuatro, de entre cinco y doce años de edad, y heridas graves a un anciano. Aparte, una niña de doce años y uno de sus padres perdieron la vida mientras trabajaban en la granja en que cayó la tercera bomba.

NINGUNA PRESENCIA DEL ELS

Según los testigos, no había ninguna base del grupo armado rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) cerca de la zona del ataque. "No hay equipo, maquinaria ni nada que pertenezca al ELS en el campo ni cerca de las granjas", declaró un vecino a Human Rights Watch. "No hay vehículos ni maquinaria del ELS, los soldados del ELS no viven en zonas residenciales", aseguró otro.

"Human Rights Watch no ha podido confirmar por fuente independiente la presencia o no de combatientes, pero la gran cantidad de niños que jugaban en el exterior en el momento del ataque podría indicar que no había ningún enfrentamiento armado en la zona inmediata", aseguró la organización.

Contenido patrocinado