Jesuítas españoles reiteran su apoyo a la congregación en El Salvador para juzgar allí el caso de mártires asesinados

MADRID 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

La orden jesuíta en España reiteró hoy su apoyo a la congregación en El Salvador y manifestó su colaboración con el pueblo salvadoreño para se juzge allí el caso de los mártires de la UCA (Universidad Centro Americana José Simeón Cañas), por el que en 1989 fallecieron ocho personas, seis de ellas pertenecientes a la Compañía de Jesús.

Según informó hoy Obras Misionales Pontificias (OMP), la congregación pretende manifestar su postura ante la admisión del Juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, de la querella presentada el pasado 13 de noviembre por la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) y el Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA).

En este sentido, la compañía "no se muestra partícipe de la apertura del caso en España", ya que consideran que es un asunto "que se debe de conducir en el país centro americano". Sin embargo, reconoce el derecho de los familiares de las víctimas a reabrir el caso en España "si es su voluntad" y se muestra dispuesta a brindarles datos, opiniones técnicas y experiencias "como una colaboración puntual ante gente a la que respetan".

Por otra parte, la orden subrayó que su decisión es la de "trabajar el caso con los instrumentos legales y de diálogo de El Salvador" y, de ese modo, solidarizarse con su pueblo, "especialmente con los sectores más pobres". Por ello, anunció su intención de conseguir "ir abriendo caminos y posibilidades", para que tengan la oportunidad de hacer justicia.

Asimismo, la orden recordó que mártires de la UCA "son la consecuencia y el ejemplo del trabajo en las fronteras que caracteriza a los miembros de la Compañía de Jesús" y señaló que, desde 1973, más de 50 misioneros han muerto durante la evangelización de países en conflicto.

Finalmente, indicó que esta forma de obrar "satisface la demanda que hizo recientemente el Papa Benedicto XVI", acerca de la necesidad de religiosos y sacerdotes que dediquen su vida en exclusiva a permanecer en esas fronteras peligrosas "para testimoniar y ayudar a comprender que existe una armonía profunda entre fe y razón".