Actualizado 31/05/2007 19:41

La niña símbolo de la guerra de Vietnam promueve en Madrid una campaña de Save The Children sobre educación infantil

Kim Phuc pide al mundo que se utilice su fotografía para luchar por la paz y los derechos de los niños


MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -

La vietnamita Kim Phuc, que aparece de niña en la célebre fotografía sobre el bombardeo estadounidense con napalm, en la guerra que asoló su país entre 1958 y 1975, prestó hoy su testimonio en Madrid en favor de la última campaña de Save The Children que, con el título 'Reescribamos el futuro' persigue la escolarización de todos los niños, especialmente, de aquellos que viven en países en conflicto.

La instantánea, tomada el 9 de junio de 1972 por el fotógrafo Nick Út y galardonada con los premios World Press Photo y Pulitzer, vuelve hoy a convertirse en un símbolo del sufrimiento de los niños en la guerra y, tal y como declaró su protagonista, una herramienta para no olvidar que "la situación de conflicto continúa afectando a la gente de hoy".

No en vano, desde 1990, el 80 por ciento de las víctimas civiles de guerra han sido mujeres y niños, y, en la última década, dos millones de menores fueron asesinados, seis millones resultaron heridos y otros veinte tuvieron que abandonar sus casas. Una situación que se agrava teniendo en cuenta que la mayoría de los conflictos tienen una duración superior a diez años, lo que priva a estos niños de toda su infancia.

Según denuncia Save The Children, existen en el mundo 39 millones de niños que no reciben educación porque viven en países inmersos en una guerra, pese a que una formación adecuada podría protegerles de males derivados de ella como las minas antipersona o los reclutamientos. Por eso, la ONG se ha impuesto el objetivo de proporcionar educación a ocho millones de ellos antes de 2010.

Para ello, hace falta más ayuda. La ONG recuerda que "los que más urgentemente necesitan protección (...) son los que menos apoyo reciben de la comunidad internacional" y asevera que "los países donantes están fallando a los niños que viven en países frágiles afectados por conflictos armados (CAF's) al no proporcionar suficiente ayuda para su educación".

La organización explica en su campaña que la comunidad internacional destina para estos 39 millones de niños un 33% de su ayuda al desarrollo, mientras que el resto de países de renta baja reciben un 67% de los fondos algo que para Save The Children "no debería ser así" porque "los niños están pagando el precio por las guerras de los adultos".

España, por ejemplo, destina a educación en países de renta media cerca del 80% de sus fondos de cooperación, a los países de renta baja envía menos de un 20% y a los países afectados por conflictos armados el porcentaje no llega al 10%. Una situacoón similar ocurre con el reparto de fondos del resto de países donantes. Austria, por ejemplo, emplea casi la totalidad de sus ayudas en países de renta media y en los CAF's contribuye con menos del 5%.

Esto es así porque la mayor parte de los Estados ricos consideran "muy arriesgado" enviar fondos a países que están en guerra pero, siempre según Save The Children, en realidad ya lo están haciendo pero no para invertir en educación ya que el 43% de lo que reciben los países en guerra se destina "a mejorar el Gobierno y la sociedad civil".

Por todo ello, la organización ha publicado una serie de recomendaciones a los países donantes que parten de aumentar las ayudas predecibles y de larga duración, especialmente la destinada a educación básica y a la iniciativa 'Vía Rápida' (que moviliza fondos para aplicar el programa 'Educación Para Todos') orientada a los países de renta baja y los CAF's.

UN TESTIMONIO DE VIDA.

En un acto de presentación conducido por el periodista Iñaki Gabilondo, Phuc narró la historia que hay detrás de aquella fotografía que la próxima semana cumplirá 35 años, el testimonio de "una fotografía que es un símbolo de la guerra" y el de una vida "símbolo de amor, esperanza y perdón".

La que fuera la niña de Vietnam habló sobre las 17 operaciones que tuvo que afrontar para recuperarse de los efectos del napalm, el "dolor terrible" que sufrió los primeros años y el que aún está presente. Explicó al auditorio cómo huyó de la Administración vietnamita que quiso convertirla en un mito, se doctoró en Medicina y tras declararse desertora, se casó y se instaló en Canadá.

Desde allí hoy viaja por todo el mundo explicando su testimonio para apoyar iniciativas relacionadas con el apoyo a los niños de países en conflicto y recaudar fondos para la fundación que ella misma puso en marcha y que lleva su nombre.