MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
Diversas organizaciones ecologistas y de Derechos Humanos acusaron hoy a la empresa francesa extractora de uranio AREVA, cuyo principal propietario es el Estado galo, de incumplir su promesa de proteger a las poblaciones del norte de Níger de los efectos contaminantes de sus actividades, según recoge la agencia humanitaria de la ONU, IRIN, poco después de la visita efectuada a este país por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
La Comisión de Investigación e Información Independiente sobre Radioactividad (CRIIRAD por sus siglas en inglés), con sede en París, ha criticado las "graves carencias de salubridad" registradas tanto en los yacimientos mineros de AREVA como en sus alrededores. En 2007, la organización aseguró que había detectado a habitantes de la zona vendiendo restos de metales contaminados reciclados como material de construcción, a pesar de que, cuatro años antes, CRIIRAD había recomendado a la empresa francesa que identificara y almacenara estos materiales.
Este uso de material contaminado en la construcción, por ejemplo, de carreteras podría ser la causa de los niveles anormalmento altos de radiación en la zona, según CRIIRAD. En 2007, los investigadores de CRIIRAD aseguraron que los niveles de radiación eran hasta cien veces superiores a lo normal en las zonas que rodean al hospital local, financiado por AREVA y próximo a las zonas mineras.
En cuanto a la contaminación del agua potable en el norte de Níger, un informe heco público el pasado mes de enero por AREVA afirmaba que "los análisis mensuales bacteriales, bianuales radiológicos y anuales químicos han revelado la falta de agua contaminada".
No obstante, los estudios medioambientales efectuados por CRIIRAD y la organización de Derechos Humanos parisiense Sherpa en 2005 en las comunidades mineras revelaron que los niveles de radiación en las aguas en las zonas industriales eran 110 más altas que las estipuladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua potable y diez veces más altas en las zonas urbanas. Por su parte, los pastores de la zona han acusado de AREVA de agotar las reservas de agua potable de la región y de causar la muerte de ganado por beber pozos con agua contaminada.
La extracción de uranio requiere el uso de agua limpia para tratar el mineral y para abastecer a las familias de los trabajadores de las minas. Según cálculos de la propia compañía, AREVA ha bombeado 270 millones de metros cúbicos de aguas subterráneas durante los últimos 40 años desde sus dos minas de la localidad de Arlit. El 35 por ciento de este agua ha sido utilizado para actividades mineras.
El portavoz de AREVA, Yves Dufour, declaró recientemente a la prensa francesa que las necesidades de agua de la empresa en Imouraren (a 80 kilómetros al sur de Arlit) sólo constituyen una parte de los 8.000 millones de metros cúbicos de aguas subterráneas disponibles en la zona. La compañía está invirtiendo 1.500 millones de dólares en Imouraren para abrir la mina de uranio más importante del país. Los hidrólogos estiman que esta bolsa de aguas subterráneas tardará 200 años en agotarse.
En cuanto a la contaminación del aire, la empresa Mining Company of Akouta (COMINAK), filial de AREVA en Níger, encargó en 2006 un estudio sobre el impacto medioambiental de sus operaciones en Arlit, el cual reveló que el número de muertes causadas por infecciones respiratorias era tan alto en esta localidad minera de 110.000 habitantes como en el resto del país, según informó la propia empresa.
Asimismo, el pasado mes de enero AREVA descartó cualquier relación entre sus actividades mineras y los abundantes problemas de salud registrados en la zona, los cuales, aseguró, "son los típicos de las zonas desérticas".
Pese a ello, los dirigentes de la empresa se comprometieron a crear centros de diagnóstico de salud en todos los países en los que extrae uranio, empezando por Gabón. "Han sido necesarios dos largos y difíciles años para llegar a este punto y para que la compañía dé una oportunidad a los trabajadores", declaró a IRIN el director de Sherpa, Yann Queinnec.
RESPONSABILIDAD DE LA EMPRESA Y DEL GOBIERNO
Aunque el Gobierno de Níger dispone de un tercio de las minas de uranio, el director de la ONG Aghir In'Man --con sede en Arlit--, Almoustapha Alhacen, declaró a IRIN que AREVA es responsable de los problemas de salud en la zona. "AREVA está en Canadá, pero allí no explota el uranio de la forma tan salvaje como lo hace aquí", aseveró.
En junio de 2007, el Gobierno de Níger declaró el estado de alerta en más de la mitad del país por el resurgimiento, en febrero de ese, año, de la rebelión tuareg en el norte del país. Cientos de personas han muerto y miles han sido desplazadas en los últimos dos años a causa del conflicto armado.
Los rebeldes han atacado puestos militares y plantas eléctricas y de extracción de agua de AREVA y han reclamado un mejor reparto de los beneficios mineros para las comunidades locales y más protección ante los efectos contaminantes de estas actividades. Asimismo, han acusado al Gobierno de hacer la vista gorda ante los incumplimientos por parte de AREVA de sus compromisos medioambientales a cambio de concesiones mineras.
El Ejecutivo ha rechazado estas acusacaiones. "El Gobierno ha hecho todos los esfuerzos necesarios para proteger a las poblaciones locales de las prácticas mineras dañinas", declaró a IRIN el ministro de Información, Mohamed Ben Omar. "Hemos ratificado todas las conveciones importantes sobre minas y adoptado todas las medidas de control pertinentes", agregó.
El líder de los rebeldes, Aghaly Ag Alambo, aseguró a IRIN que las comunidades mineras no están seguras. "AREVA no es el principal problema. AREVA no está aquí para dar trabajo a los nigerinos. Es el Gobierno quien ha fallado a su pueblo", declaró.