MADRID 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
El padre Jérôme Otitoyomi Dykiya recibió hoy en Madrid la Mención de Honor del Premio Juan María Bandrés por su trabajo con los migrantes subsaharianos en Mauritania, en un acto en el que también fueron galardonadas la escritora Layla Zana y la joven diputada del Parlamento afgano Malalai Joya.
Este certamen que celebra su séptima edición está organizado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y la Fundación CEAR Habitáfrica que reconocieron a quienes defienden el Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados.
De esta manera se reconoció al responsable de la Misión Católica de Nouadhibou, el padre Jérôme Otitoyomi Dykiya, otorgándole la Mención de Honor por su lucha por la búsqueda de "la dignidad de los refugiados". Otitoyomi agradeció a CEAR que financie sus actividades y dedicó su premio "a todos los inmigrantes y refugiados muertos en las balsas procurando buscar una vida más digna".
El jurado del premio, que lleva el nombre de quien fue presidente de CEAR durante cinco años y actual presidente de honor de Asamblea, reconoció también a Malalai Joya, la más joven diputada del Parlamento afgano --tiene 29 años--, por su labor "en pro de la democracia".
En su discurso, esta "incansable activista" --como la calificaron en CEAR-- agradeció que se reconozca su lucha "contra la tiranía y la justicia" así como contra la "mentalidad medieval de los talivanes". En este sentido, aseguró que "nada" podrá silenciarla en su batalla por "denunciar la corrupción y la violencia que sufren las mujeres en Afganistán".
El tercer reconocimiento lo obtuvo la escritora Layla Zana, primera mujer kurda elegida en el Parlamento turco y candidata al Nobel de la Paz en 1998, galardonada por su lucha "por la paz, el respeto de los derechos de la población kurda y el diálogo entre kurdos y turcos".
Aunque no pudo asistir a la ceremonia, en su nombre se leyó una carta en la que mostró su deseo por que todas las personas puedan desarrollar su vida "de manera digna en el lugar donde deseen vivir" y apostó por "un cambio y una transición en Turquía", su país natal.
EL PATRIMONIO DE CEAR
Por su parte, el presidente de CEAR, Javier de Lucas, describió la misión de su entidad afirmando que "defiende y promueve los derechos humanos" apoyándose en "la justicia, la solidaridad, la igualdad y la libertad que constituyen el principal patrimonio" de la comisión.
En esta línea, el presidente de la Fundación CEAR Habitáfrica, José Manuel Romero, se refirió al padre Jérôme del que resaltó que "anima continua y constantemente" a su fundación en su trabajo de cooperación con el exterior.
Asimismo, describió al premiado como una persona que "atiende a inmigrados de todas las procedencias" a través "de su espíritu positivo y haciendo una labor eficaz de formación, que afecta y alcanza a las raíces de esa marea que es la inmigración africana".
Por último, el secretario general de la comisión, Alfredo Abad, calificó a los galardonados como "faros en medio de la tinieblas que alumbran y marcan el camino en defensa de la dignidad de las personas".