MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
La cooperante y miembro del equipo de médicos sin Fronteras en África, Felicitas Ibáñez, considera que la paz se instaurará en dicho país en el momento en que "primen los derechos de las personas por encima del interés comercial de los países ricos y de los gobernantes corruptos".
Así, señaló en una entrevista concedida a Europa Press que "la concepción de paz es diferente" en España que en África, así para ellos "la paz es tener comida y medicinas". "Hay gente que sólo ha conocido la guerra y no sabe lo que es la paz", lamentó.
No obstante, asegura que la guerra no es el principal problema al que se enfrentan los africanos, sino la pobreza, causada por la "falta de equidad en el mundo". "Unos son pobres allí porque otros son ricos aquí", sentenció.
Así, Ibáñez afirmó que cuando un africano, hombre, mujer o niño, coge una patera es "para hacer realidad su deseo de una vida mejor", algo que no encuentra en su país. "Los doscientos euros que manda cada mes sirven para alimentar a 40 personas".
En este sentido, criticó que en los países desarrollados "atemoricen a la sociedad con la crisis y la Gripe A para desviarnos la atención hacia lo superfluo, sin dejar ver lo que realmente es importante".
APUESTA POR EL CAMBIO SOCIAL.
Por otra parte, Ibáñez, que ha publicado recientemente el libro 'Misión en África', alabó la labor de las ONG que ayudan a los africanos, y las definió como una "sociedad civil organizada que apuesta por el cambio social". Sin embargo, señaló que en ese ámbito "hay personas auténticas y otras que no lo son tanto".
Además, apuntó que en África ser mujer no es una broma y se puede morir en el intento. Así, aseguró que las mujeres africanas tienen una "gran desventaja" frente a los hombres en los contextos de guerra, ya que la violación "se utiliza sistemáticamente como una arma de guerra para hacer desfallecer al enemigo".
Una de las cosas que la médico resaltÓ de los africanos es su respeto hacia todo lo demás, y sobre todo hacia los que le rodean, así afirmÓ que un africano "nunca abandonaría a sus mayores en una residencia". Asimismo, cree que la intolerancia de los países desarrollados es el resultado del desconocimiento y del miedo.
Por último, Ibáñez reconoció que su estancia en África le ha servido para recolocarse en la vida y aprender a priorizar lo que realmente es importante. Además, comprendió que todo lo que hace tiene un impacto en otras personas, y lo que esas personas hacen también tiene un impacto en ella.