Actualizado 24/04/2011 14:04

El presidente del centro de apoyo Braval, en el Raval(Barcelona) aboga por la "acomodación" de autóctonos e inmigrantes

Josep Masabeu, Presidente De Braval
EP/MARÍA PIN

MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -

Josep Masabeu, presidente del centro de apoyo socieducativo Braval, ubicado en el barrio barcelonés del Raval, considera que es más adecuado hablar de "acomodación" entre autóctonos e inmigrantes que seguir utilizando el término "integración", concepto que considera "vacío".

"Es preferible hablar de acomodación en lugar de integración, ya que refleja mejor la responsabilidad que tienen los inmigrantes para adaptarse a los estándares de la sociedad que los acoge", asegura, al tiempo que se muestra contrario, por ejemplo, a la utilización del 'burka' en las sociedades occidentales.

Masabeu, que presentó recientemente en Madrid su libro 'La República del Raval', recuerda que en este barrio, que abarca 1,1 kilómetros cuadrados, viven 47.454 personas, de las que 22.446 son extranjeros (el 47,3 por ciento) de unos treinta países, que hablan diez lenguas distintas y practican hasta nueve religiones diferentes. Además, se estima una tasa de desempleo de un 30 por ciento.

En su opinión, este porcentaje de paro supone "un factor de riesgo importante" ya que es "un potencial peligro de desórdenes" que se debe superar "de forma coordinada". Así, señala que no se trata de un "riesgo teórico" ya que, según sus estimaciones, "hay muchos jóvenes de 16 años nacidos ya en España y que no pueden trabajar porque no tienen papeles".

Por ello, este experto insiste en que los problemas de integración no surgen sin más por la presencia de inmigrantes sino, en realidad, por la falta de puestos de trabajo. A su juicio, es necesario apostar por construir "espacios comunes de convivencia" en la escuela, donde debe producirse una "mezcla" entre autóctonos y extranjeros.

INMIGRACIÓN, RESPONSABILIDAD DE TODOS

En el libro, Masabeu explica que "la inmigración es res pública, cosa pública, responsabilidad de todos, y no sólo de las administraciones" y, de ahí, el título de la obra. En este sentido, recuerda que Braval es una iniciativa de desarrollo y promoción social del Opus Dei, que se propone -mediante el voluntariado- promover la cohesión social, luchar contra la marginación, prevenir la exclusión social de los jóvenes, y facilitar la incorporación de los inmigrantes en la sociedad sociedad.

Josep Masabeu identifica, además, cuatro fases que atraviesa un inmigrante, desde la supervivencia inicial, la legalización, la agrupación familiar y el deseo del retorno al origen. "Esta última --explica-- supone la querencia de vivir entre nosotros como si vivieran en su país, y esto entraña un riesgo de convertirse en gueto. Hay que procurar que se relacionen por intereses comunes, más que por factores étnicos".

El método de Braval consiste en combinar actividades de refuerzo escolar con la participación de los chavales en ligas escolares y municipales de fútbol y baloncesto, pero mezclando autóctonos con los recién llegados. Braval acoge desde 1998 a chicos y voluntarios de distintas creencias y por sus instalaciones han pasado unos 900 jóvenes de 30 países, que hablan 10 lenguas y profesan 9 religiones. Al margen de los trofeos deportivos, Masabeu destaca que "13 chavales cursan estudios universitarios, uno ya ha acabado sus estudios superiores, y doscientos están trabajando con contrato".

'La República del Raval', que prologa Núria Gispert, ex presidenta de Cáritas en España, recoge la experiencia 47 conversaciones sobre inmigración en Braval, con 223 participantes distintos.