MADRID 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El director del servicio Jesuita a Refugiados en África del Este, Frido Pflueger, que visitó el pasado mes de agosto los campos de Dollo Ado, en Etiopía, al que llegan cada día cientos de somalíes, ha indicado que construirán un centro polivalente de aprendizaje de nuevas disciplinas --música, teatro, baile-- y lúdico para que los niños puedan distraerse de su situación.
Asimismo, el jesuita, que asegura seguir "impactado" por lo que vio en el campamento, ha explicado que también formarán a consejeros locales que puedan asesorarles y acompañarles ya que su objetivo es implicar a la comunidad entera en este tipo de actividades.
En esta línea, ha apuntado que, junto a la Organización Gubernamental para la Administración de los Asuntos de Refugiados y Retornados (ARRA) y el gobierno han observado que lo mejor es trabajar en educación secundaria en los campos pues, según ha precisado, "hay jóvenes de entre 16 y 18 años que no han visto en su vida una escuela" para los que han pensado hacer cursos intensivos.
Pflueger ha apuntado que lo que más le impactó, además de las enormes filas de niños pequeños que se veían en los alrededores de los campos bajo el intenso calor, fue "el campo de tránsito", un lugar "sin apenas infraestructuras y en condiciones realmente extremas" donde dormía la gente que esperaba a ser trasladada durante los primeros meses de la sequía.
No obstante, ha señalado que actualmente, ha disminuido el número de población refugiada que llega diariamente, que ha pasado de contarse en miles a cientos, de forma que es inmediatamente enviada a los campos sin tener que permanecer en las zonas de tránsito.
El director del SJR en África del Este ha apuntado que las principales causas de la crisis humanitaria han sido la sequía, que ha sido "muy dura" este año porque coinciden ya tres o cuatro periodos de lluvia secos; la guerra "que está destruyendo a Somalia" pues, según ha indicado, los grupos islamistas muchas veces no permiten la entrada de ayuda humanitaria; y el alto precio de los productos alimenticios.
"Incluso un africano con un salario normal no puede permitírselo. ¿Por qué sucede esto? Algunos dicen que se trata de un instrumento político. Otros dicen que se trata de la especulación global del mercado que afecta especialmente a los países empobrecidos, otros que porque el precio del petróleo está muy relacionado con el de la comida", ha concretado.
Por otro lado, ha recordado que en Somalia no hay gobierno, pero que el de Kenia "no se ocupa de gestionar la próxima crisis". A su juicio, es una "home-made hambruna" porque cada dos años hay sequía y se sabe que va a suceder "pero no se hace nada".
Según ha remarcado, los gobiernos que ayudan deberían insistir en que es necesario que el país receptor se prepare para la próxima crisis "porque una vez que han dado la ayuda, se olvidan". Así, ha señalado que "sólo el 10 por ciento de las tierras que se pueden regar artificialmente son regadas en esta región, porque al gobierno no le interesa ayudar a la gente y lo que le preocupa ahora mismo son las próximas elecciones". "Con un gobierno que se encargara de la situación podríamos solucionar en parte esta crisis", ha subrayado.
Finalmente, Pflueger ha destacado que, a pesar de las "malas condiciones" en que puedan encontrarse en el campo, "es ahí donde se encuentran a salvo". "Por el camino han perdido a mucha gente, han sufrido robos, violencia, etc. Y sin embargo, no tienen rabia. Son muy pacientes y agradecidos, y poseen una increíble capacidad de resistencia", ha concluido en una entrevista difundida por la ong jesuita Entreculturas.