NUEVA YORK, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), António Guterres, sostuvo ayer que se deben intensificar los esfuerzos para auxiliar a la población civil y a los trabajadores humanitarios en los conflictos armados.
En un informe presentado ante el Consejo de Seguridad, Guterres destacó los desafíos a los que debe responder este órgano y que tienen que ver con la seguridad de los 42 millones de refugiados y desplazados en el mundo. En ese sentido, el diplomático mencionó el reto de protegerlos cuando los estados no puedan o no quieran cumplir con esta responsabilidad y agregó que también es una prioridad no negociable asegurar que las organizaciones no gubernamentales y la ONU puedan llevar a cabo su labor sin arriesgar las vidas de sus trabajadores.
Por su parte, el embajador costarricense ante la ONU, Jorge Urbina, se hizo eco de lo expresado por Guterres y agregó que es crucial reforzar la coordinación entre segmentos humanitarios y militares. "En todo momento es preciso articular la colaboración de las partes en conflicto para la creación de espacios de seguridad, zonas neutrales o corredores humanitarios que permitan evacuar y llevar ayuda a las poblaciones afectadas", expresó. Urbina coincidió, por otra parte, con la necesidad de responder de forma más rápida y decisivamente a las crisis.
Por su parte, el embajador de México ante la ONU, Claude Heller, consideró acertada la visión del Alto Comisionado en el sentido de que la respuesta a la crisis global de los refugiados debería ser más preventiva, según informaciones del centro de noticias de la ONU.
"Se combinan crisis alimentarias, de energía, económicas, que de alguna manera van a tener una expresión muy clara en la estabilidad política interna de países vulnerables", advirtió. Heller sostuvo que éstas, asociadas al cambio climático, provocarán flujos crecientes de refugiados y migrantes económicos.
