Actualizado 13/07/2011 19:17

Un alto cargo administrativo admite que China tiene "un largo camino por recorrer" en la protección de los DDHH

PEKÍN, 13 Jul. (Reuters/EP) -

El director de la Oficina de Información del Consejo de Estado chino, Wang Chen, ha reconocido este miércoles que China todavía tiene "un largo camino por recorrer" para que sus ciudadanos puedan disfrutar plenamente de sus derechos fundamentales, unas inusuales declaraciones que aluden al aumento de las tensiones sociales, en parte, debidas a la subida de los precios de las viviendas.

Para el director del principal órgano administrativo de China, aunque China ha cosechado avances sustanciales en este asunto, todavía tiene mucho en lo que trabajar.

En declaraciones realizadas al diario 'China Daily', Wang ha argüido que "los Derechos Humanos en China aún están haciendo frente a diversas dificultades y retos" debido a "factores culturales, históricos y naturales" y a "niveles de desarrollo social y económico" que "afectan y restringen" los derechos fundamentales en el país asiático.

"Todavía hay un largo camino por recorrer antes de lograr la noble meta de que los ciudadanos chinos puedan disfrutar plenamente de los Derechos Humanos", ha apostillado.

No obstante, Wang también ha admitido que "el desarrollo nacional (chino) aún permanece significativamente desequilibrado y descoordinado". El director de la Oficina de Información del Consejo de Estado ha atribuido estas deficiencias a "las amplias brechas en la distribución de la riqueza, en el incremento de las presiones de los precios, la subida de los precios de las viviendas en varias ciudades, los problemas en la seguridad alimentaria, los insuficientes recursos médicos y educativos distribuidos de forma dispar, así como al desequilibrado desarrollo urbano y rural y el incremento de los conflictos sociales provocados por el embargo ilegal de tierras".

Como solución a esta coyuntura, Wang ha afirmado que China debe "priorizar los derechos de la población a la subsistencia y al progreso" a la par que "el desarrollo de los Derechos Humanos". Por ello, el Gobierno chino ha impulsado un nuevo "plan de acción para los derechos fundamentales" de tres años de duración, cuyo objetivo, ha dicho Wang, es "expandir la democracia, fortalecer el Estado de Derecho, mejorar la calidad de vida y proteger los derechos fundamentales".

Tradicionalmente, China ha rechazado todas las críticas que ha recibido por parte de diversos actores internacionales por la protección de los Derechos Humanos de su población y, especialmente, de la oposición y la disidencia. El Gobierno, por su parte, ha subrayado que el suministro de alimentos, ropa, vivienda y el crecimiento económico es mucho más relevante para el desarrollo de un país, aludiendo al éxito de las autoridades en su lucha contra la pobreza, de la que ha sacado a millones de ciudadanos chinos.

En alusión al recrudecimiento de la represión gubernamental de los movimientos opositores y disidentes, Wang ha subrayado que China debe "ser consciente de sus debilidades a la hora de salvaguardar los derechos e intereses democráticos del pueblo".

Estas declaraciones del director del máximo órgano administrativo de China se unen a una ola de descontento acrecentada por la corrupción, el embargo ilegal de tierras y la desigualdad en la distribución de la riqueza.