BARCELONA, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Conselleria de Justicia de la Generalitat tiene un protocolo para administrar a partir de enero un tratamiento farmacológico para inhibir los impulsos sexuales de los violadores con alto riesgo de reincidencia que estén en prisión siempre que ellos se presten voluntarios y un grupo de profesionales lo considere adecuado.
En el caso de Alejandro Martínez Singul, el conocido como segundo violador del Eixample, que fue detenido el miércoles por un nuevo intento de agresión sexual a una menor en ese mismo barrio, y que sobre él pesa una condena de dos años por otras agresiones pero que sigue en libertad, no se contempla que pueda acogerse a este programa si él no se presta voluntario y da muestras de querer tratarse psicológicamente.
La junta de tratamiento del centro penitenciario de Quatre Camins ya estimó que no estaba rehabilitado al ponerle en libertad tras 16 años de condena, por lo que nunca le concedió permisos penitenciarios.
La llamada 'castración química' es un sistema pionero en España que sólo se aplicará a los delincuentes sexuales más peligrosos y con mayor riesgo de reincidencia, como los pedófilos, los sádicos sexuales, los agresores sexuales en serie y los que sufren trastornos sádicos de la personalidad.
Según la Conselleria, podría aplicarse a unos cuatro presos de cárceles catalanas cada año. No obstante, el primer preso que siga este tratamiento no saldrá en libertad hasta dentro de unos dos años.
Los expertos, basándose en la experiencia de países como Bélgica y Suiza, consideran que la reincidencia bajará, aunque no se podrá eliminar al 100%.
Los medicamentos son psicoactivos, como la fluoxetina (conocida bajo el nombre comercial de Prozac), habitual en tratamientos psiquiátricos, e inhibidores hormonales como la triptolerina o la leuprolerina, que también se usan para luchar contra el cáncer de próstata y la pubertad precoz. En el caso de la supresión hormonal, el tratamiento es reversible y persiguen disminuir la líbido.
