China niega que la deportación de 20 uigures haya sido a cambio de acuerdos comerciales con Camboya

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 22 diciembre 2009 15:12

PEKÍN 22 Dic. (Reuters/EP) -

China ha negado este martes que los acuerdos comerciales firmados con Camboya hayan determinado la decisión del país de deportar al grupo de 20 uigures que pidieron asilo en Phonm Penh.

"China y Camboya han mantenido una alianza amplia y cooperativa. Ofrecemos toda la ayuda que podemos dar a Camboya sin ninguna condición", explicó la portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Jiang Yu, que se negó a decir dónde se encuentran ahora los uigures deportados.

Camboya firmó ayer lunes con China catorce acuerdos por un valor estimado de 850 millones de dólares (595 millones de euros), dos días después de la expulsión del país de los 20 uigures que solicitaron asilo y que fueron deportados a China, por considerarles inmigrantes ilegales, el pasado sábado desafiando la presión internacional, especialmente de Estados Unidos y la ONU.

La portavoz declaró que el caso de los uigures no tenía nada que ver con la ayuda prestada a Camboya. "Las acusaciones son infundadas. El cruce ilegal de estos ciudadanos chinos de la frontera con Camboya violó las leyes de entrada y salida de China y Camboya", subrayó. "Además, son sospechosos de delitos", aseguró la portavoz en una rueda de prensa en Pekín.

"Creo que cualquier país en esta situación tiene derecho a tomar su propia decisión según sus propias leyes nacionales", aseguró. "Cómo tratar con esa gente es un asunto interno chino y otros países no tienen derecho a hacer comentarios irresponsables al respecto", añadió Jiang Yu.

A su vez, la líder uigur, Rebiya Kadeer, aseguró que la deportación realizada por Camboya es "sin duda influencia de la enorme presión de China que es respaldada por cientos de millones de dólares en ayudas", según declaró al periódico norteamericano 'Wall Street Journal'.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU acusó a Camboya de ceder a la presión y deportar a los asilados a pesar de tener "firmes garantías" de que podrían terminar su investigación para determinar el estatus y situación de los uigures.

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