Actualizado 25/02/2010 20:02

Duran proclama que Zapata sufrió torturas y que el castrismo, como el franquismo, ha derivado en dictadura infame

Dice que si esa muerte se hubiera producido en EEUU o Israel, el "griterío" sería atronador


MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, considera que Orlando Zapata Tamayo, el disidente cubano fallecido tras 85 días en huelga de hambre, sufrió "todo tipo de torturas y maltratos" por parte del régimen cubano y sostiene que el castrismo, como el franquismo, ha acabado siendo una "dictadura infame" basada en "el terror y la represión".

"No puede haber dictaduras buenas o dictaduras malas según su color, aunque algunas izquierdas que pululan por aquí no lo acaben de entender", proclama en un artículo publicado en su página personal de Internet, recogida por Europa Press.

Duran, que preside la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, sostiene que Zapata era "uno de los muchos presos políticos que todavía hay en Cuba" y que "formaba parte del grupo de 75 disidentes que el año 2003 fueron condenados incluso a penas de veintiocho años de prisión". "Su delito -en ojos de la justicia castrista- no fue otro que reclamar los derechos humanos para los habitantes de Cuba y hablar públicamente del Proyecto Varela, liderado por el amigo personal y de Unión Oswaldo Payá", agrega.

Según explica, Zapata "sufrió todo tipo de torturas y maltratos. Y en estos días en que seguía una huelga de hambre, incluso parece que se le negó el agua y se lo apaleó de manera salvaje". "Zapata sólo deseaba para Cuba y los cubanos un sistema político que respetara la libertad y los derechos humanos. Ni más ni menos, su lucha es semblante en la de tantas personas que aquí también lucharon por la libertad contra el franquismo", sostiene.

SI HUBIERA PASADO EN ISRAEL...

A su juicio, "si la lucha para la libertad y la democracia es la misma, también el franquismo y el castrismo se han convertido en sistemas idénticos, dictaduras infames que han fundamentado su permanencia en el terror y en la represión". "No puede haber dictaduras buenas o dictaduras malas según su color, aunque algunas izquierdas que pululan por aquí no lo acaben de entender --añade--. Toda negación de los derechos humanos es un crimen contra la humanidad".

Es más, denuncia que, si esa muerte se hubiera producido en una prisión de los Estados Unidos o de Israel, "el clamor y el griterío serían atronadores". "En cualquier caso, la injusticia no se mide por los decibelios de los que llaman, sino por la ferocidad con que se la libertad y los derechos más elementales --enfatiza--. Supongo, sin embargo, que el sacrificio de Zapata no será en vano porque defender la libertad siempre acaba dando su fruto".