RANGÚN, 19 Feb. (Reuters/EP) -
El enviado especial de la ONU para los Derechos Humanos en Birmania, el argentino Tomás Ojea, afirmó hoy que los Derechos Humanos en el país no han mejorado desde su última visita hace unos meses, pero que espera que la Junta Militar, que gobierna el país desde hace cuatro décadas, escuchará esta vez sus recomendaciones.
Ojea se reunió con varios prisioneros políticos en la prisión Insein de Rangún, y con varios miembros del Gobierno en la capital del país, Nay Pyi Taw, durante su misión de de cinco días en la nación asiática. Aun así, no pudo reunirse ni con el líder birmano, Than Shwe, ni con la premio Nobel de la Paz y líder de la oposición Aung San Suu Kyi, que se encuentra bajo arresto domiciliario.
Suu Kyi se encuentra entre las 2.162 personas que se cree permanecen detenidas en Birmania por sus ideas políticas o creencias religiosas. "La situación de los Derechos Humanos en Birmania aún es desafiante. Es difícil afirmar que la situación de los Derechos Humanos ha mejorado", explicó a los periodistas antes de dejar Rangún.
Aun así, aseguró que ha visto "signos positivos" en sus reuniones en Nay Pyi Taw, donde pidió una puesta en libertad progresiva de prisioneros de conciencia. "Debatí este asunto con el ministro del Interior, y dijo que va a considerar esa recomendación", indicó.
A principios de este mes, el enviado especial Ibrahim Gambari logró reunirse con Suu Kyi, pero no consiguió hacer que el Gobierno acercase posiciones con su partido, la Liga Nacional para la Democracia, para iniciar unas conversaciones de reforma política.
Por otra parte, un ex político birmano bajo condición de anonimato dijo que, "francamente, no veo resultados tangibles de la misión de Quintana basándonos en lo que se conoce de sus actividades". "Hasta lo que yo sé, sólo ha hecho una visita guiada y se ha reunido con las personas que el régimen había acordado", indicó.
El enviado pudo aún así visitar el estado de Karen, hogar de una de las más antiguas insurgencias del mundo y donde, según los grupos de Derechos Humanos, el Gobierno comete numerosos abusos. Pero Ojea no logró el permiso para visitar los estados de Kachin y Rakhine, donde vive la etnia rohingya.
(EUROPA PRESS INTERNACIONAL)