WASHINGTON 8 May. (Reuters/EP) -
El fiscal general estadounidense, Eric Holder, aseguró ayer que no pondrá en peligro la seguridad de ningún país e intentó calmar las preocupaciones por la posibilidad de que se deje en libertad en Estados Unidos a varios de los detenidos en la prisión de Guantánamo.
Estados Unidos debe decidir qué hacer con los 241 prisioneros que se encuentran en la prisión antes de cerrarla. A principios de este año, Holder insinuó que sería posible que 17 chinos musulmanes de la etnia uighur, y otros dos o tres prisioneros, fuesen puestos en libertad en Estados Unidos.
Además, comentó ante un subcomité del Senado que aparte de buscar el apoyo europeo para que algún país acoja prisioneros también está en conversaciones con naciones de Oriente Próximo con el mismo propósito. Aun así, aseguró que no se ha tomado una decisión final y que el proceso de movilización de prisioneros comenzará "en los próximos meses".
La petición presupuestaria para el próximo año realizada por el Departamento de Justicia incluye la creación de tres grupos de discusión para determinar el futuro de los reos, desarrollar políticas de gestión sobre los sospechosos del terrorismo y evaluar las prácticas de interrogatorio.
"No será la intención de estos grupos, de la administración o del fiscal general enviar a alguien a cualquier parte del mundo donde suponga un riesgo para la comunidad", destacó Holder.