L'Oceanogrtàfic acoge hoy una conferencia sobre la vida en las grandes profundidades marinas

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 14 abril 2009 10:13

VALENCIA 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

L'Oceanogrtàfica de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia acogerá hoy una conferencia a cargo de la doctora Eva Ramírez Llodra sobre la vida en las grandes profundidades marinas, informaron ayer fuentes de la Generalitat.

En su charla, la especialista recordará cómo en 1977, en la falla de Galápagos, a más de 2.000 metros de profundidad marina, se realizó un descubrimiento asombroso: las surgencias o fuentes hidrotermales, montañas volcánicas que se forman en las dorsales oceánicas, de donde emanan fluidos a más de 350 grados, que al mezclarse con el agua fría, crean impresionantes paisajes de fumarolas negras.

Allí, se encontraron ecosistemas donde los animales se han desarrollado obteniendo la energía de elementos químicos, en vez de estar basados en energía solar como el resto de animales de la Tierra y de los fondos marinos.

De este inexplorado territorio y de sus exóticos habitantes hablará la doctora Eva Ramírez Llodra a partir de las 18.00 horas en el Auditorio Mar Rojo en una conferencia titulada 'Sistemas quimiosintéticos de aguas profundas: un oasis de vida con ausencia del sol'.

Eva Ramírez-Llodra, experta en este campo, es investigadora del Centro Oceanográfico Nacional, en Southampton, Reino Unido, y del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC). Esta conferencia se enmarca dentro del ciclo 'Los Martes del Oceanográfico', de libre acceso al público, que en su quinta edición está dedicada a los fondos abisales, por debajo de los 1.000 metros de profundidad oceánica.

Desde el descubrimiento de las fuentes hidrotermales, se han descrito más de 500 nuevas especies, muchas de las cuales son endémicas de este peculiar hábitat. Se trata de una fauna muy adaptada a un entorno caracterizado por un alto dinamismo, con eventos volcánicos catastróficos, temperaturas excesivas, alta presión, oscuridad constante y presencia de productos químicos tóxicos; y, precisamente, son estas sustancias químicas las que mantienen la vida en un hábitat donde la energía solar no llega.

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