MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió hoy que se valoren los datos del informe internacional sobre rendimiento educativo PISA, que coloca a los alumnos españoles en los últimos puestos de la OCDE, teniendo en cuenta no sólo la situación de otros países sino el punto de partida de la situación educativa española hace unos años.
"Nuestro sistema educativo no ofrece un mal rendimiento, el problema es que hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que teníamos", dijo Zapatero durante su intervención en unas jornadas organizadas por la revista 'The Economist'.
El jefe del Ejecutivo dijo que "por supuesto tiene que mejorar" el rendimiento del sistema educativo, pero pidió "que se haga justicia" con la situación española.
"Lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres junto a la educación que recibe en el sistema educativo" argumentó, añadiendo que España no podrá compararse equitativamente con los países europeos hasta que no haya una generación "que haya tenido un porcentaje de educación más allá de la obligatoria igual que la media europea o que en idiomas tenga lo que tenía hace 20 años la media europea".
Zapatero añadió que lleva mucho más tiempo alcanzar a los países más avanzados en materia de educación que en infraestructuras y, además, defendió el sistema educativo español como uno de los que genera mayor movilidad social e igualdad de oportunidades.
"Pocos países tienen un sistema donde la movilidad social se garantice tanto a través de la educación (...). Lo que no podemos cambiar hoy, ni ayer, ni hace cinco años es que ha habido generaciones de españoles que lamentablemente no pudieron tener acceso a la educación comparable a la de un país europeo", remachó.
Durante el debate, Zapatero se refirió también a las políticas de inmigración y advirtió de que, a su juicio, es "estéril" contraponer la situación de los diferentes países europeos mientras no haya una política migratoria común.
"O vemos el problema de la inmigración en cuanto al control de la legalidad como un problema europeo o es un ejercicio estéril establecer un debate entre un país y otro país, porque todos viven procesos similares", señaló, subrayando que "ahora, Francia, con buen criterio ha establecido un sistema muy similar a lo que fue el proceso español (de regularización de inmigrantes)".
Zapatero no quiso entrar, una vez más, en un debate sobre las consecuencias en toda la UE del proceso de regularización de inmigrantes llevado a cabo por su Gobierno, ante las acusaciones de algunos de que Madrid les abrió la puerta de la UE.
"Los ciudadanos que estaban aquí cuando llegamos al Gobierno ilegalmente trabajando yo no sé por donde llegaron a España, pudieron llegar por los Pirineos una parte de ellos, nadie tiene la seguridad, aunque es verdad que una parte de los regularizados pudieron ir a Europa desde España", añadió.
A su juicio, lo verdaderamente importante de cara a los próximos 10 o 15 años es promover una política de igualdad para los inmigrantes, especialmente los de segunda generación que ahora son escolares, para no vivir situaciones como las que ahora afrontan otros países europeos.
"Un joven de segunda generación inmigrante no puede tener una posición de desigualdad ante el conjunto de los ciudadanos, es una tarea primordial, para dentro de 10 15 años determinante", manifestó.
"Cuando esos jóvenes culminen su pase al mundo laboral nos jugaremos como país el futuro en cuanto a convivencia e integración, teniendo en cuenta las experiencias de otros países", añadió Zapatero.