Publicado 10/02/2023 09:21

"El momento de la verdad. La sostenibilidad se enfrenta a su primer invierno". Por Forética

Archivo - Jaime Silos, director de Desarrollo Corporativo de Forética
Archivo - Jaime Silos, director de Desarrollo Corporativo de Forética - FORÉTICA - Archivo

   El pasado 26 de enero, Forética presentaba su nuevo informe de tendencias ESG para 2023. Tras la sesión, quien bien nos conocía se ha visto sorprendido. ¡Cómo una organización de espíritu siempre optimista puede arrancar hablando del invierno en lugar de cosas más floridas! Pues, aunque parezca paradójico, ambas posiciones son compatibles. Forética es más optimista que nunca de cara a la agenda de la sostenibilidad pero, al mismo tiempo, reconoce que el concepto en sí mismo se enfrenta a su primera crisis. O dicho de otra manera, la Sostenibilidad ha pasado de ser una agenda de pleno consenso --véase el entusiasmo con la que todos los actores políticos, sociales y empresariales se embarcaron en los ODS-- a ser un concepto controvertible y lleno de aristas.

   ¿Qué nos ha llevado hasta aquí? Pues sencillamente eso que unos llaman la policrisis, otros la permacrisis o en nuestro argot, la vulnerabilidad sistémica. Es decir, un sistema político, social, económico y natural mucho más volátil e inestable. Esta llamada permacrisis ha venido a erosionar la convicción de muchos grupos de interés en torno a la sostenibilidad. A ello nos han llevado tres frentes fundamentales.

   A nivel económico, la cronificación de una inflación elevada genera desigualdades y descontento en la población, lo que da alas al populismo y a la polarización. En los mercados financieros, los activos sostenibles han tenido un 2022 nefasto, que ha llegado a evaporar casi todo su mejor comportamiento histórico, y eso lleva a algunos agentes a cuestionar si las hipótesis ESG en la inversión eran las correctas.

   Desde el plano geopolítico, la guerra de Ucrania ha precipitado la primera crisis de transición climática a través de los mercados energéticos. Muchos ciudadanos se plantean, con lógica aplastante, si la política energética era lo suficientemente segura. Algunos, incluso señalan a las energías renovables como el principal factor de vulnerabilidad.

   En el plano social, además del 'greenwashing' --muchas compañías han sido demasiado exuberantes con muy poco respaldo empírico--, se junta la politización del concepto de sostenibilidad de manera que, tristemente, se ha convertido en un elemento identitario binario (cero o uno) en los extremos del arco político.

   Sin embargo, a pesar de todos los retos anteriores, la sostenibilidad superará su primer invierno. No solamente el racional social y económico está intacto. Es que se ha fortalecido. Aquí van unos datos que invitan al optimismo: La sostenibilidad es, sobre todo, una agenda de oportunidad. Oportunidad de crear valor económico con más de 12 billones de dólares de valor añadido neto en la transición hacia la descarbonización. Oportunidad para reducir nuestra dependencia energética y de materias primas de países hostiles, a través de una mayor innovación y circularidad de los materiales. Oportunidad de convertir a España en un polo energético para Europa, pudiendo producir hidrógeno verde un 50% más barato que Alemania. Oportunidad para incrementar la cohesión y reducir la polarización, gracias a que la ciudadanía entiende que la empresa es un agente en el que puede confiar, frente al resto de las instituciones sobre las que desconfía. Oportunidad de conservar la naturaleza como un activo productivo y que incrementa el bienestar. Oportunidad de contribuir positivamente a los retos demográficos, la falta de talento y muy diversas brechas que dividen a la sociedad.

   Prueba de que esto es así nos viene precisamente del mercado de capital. Una compañía líder en sostenibilidad cotiza con un 22% de prima en Europa. Los fondos de inversión sostenible, han seguido captando financiación. Dicen los expertos que los mercados siempre van por delante. Ojalá sea así. Recuerden. Después del inverno, siempre viene la primavera.

   Jaime Silos es director de Desarrollo Corporativo de Forética