Actualizado 16/09/2009 15:09

AMP.-Las emisiones de CO2 del transporte en España, sin aviones y barcos, aumentaron un 89% desde 1990, según Greenpeace


MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las emisiones de CO2 generadas por el transporte en España se han incrementado un 89 por ciento entre 1990 y 2006 y representan ya el 25 por ciento del total de emisiones, a pesar de que en éstas no se incluyen las generadas por los sectores de navegación y aviación, según denunció hoy la organización ecologista Greenpeace durante la presentación del informe 'Transporte: el motor del cambio climático', con motivo de la Semana Europea de la Movilidad.

Así, la responsable de la campaña de transporte de Greenpeace, Sara Pizzinato, indicó que el 90 por ciento de las emisiones generadas desde 1990 se deben al transporte, ya que "todos los medios han aumentado menos el ferrocarril", cuya red viaria, a su juicio, está "prácticamente abandonada" en España desde los años 60 y 70. Por este motivo propuso "volver al ferrocarril" con una velocidad de hasta 220 kilómetros por hora e impulsar que el transporte de mercancías también se realice mediante este medio de locomoción, ya que hasta ahora se hace "principalmente" por carretera.

Además, señaló que la aviación internacional casi ha triplicado sus emisiones (192 por ciento) entre 1990 y 2006 y que la navegación lo ha hecho un 128 por ciento en el mismo periodo y que, sin embargo, todavía no entran en la contabilidad de emisiones bajo el Protocolo de Kioto. De lo contrario, el crecimiento en España llegaría al 93 por ciento. En ese sentido, indicó que su organización pide que éstas sean incluidas en las negociaciones de la Conferencia de las Partes que se celebrará en diciembre en Copenhague (Dinamarca).

Ante esta situación, el director de Greenpeace, Juan López de Uralde, propone establecer una fiscalidad verde en la Ley de Economía Sostenible; trasladar el 50 por ciento de las inversiones en infraestructuras para el transporte del Ministerio de Infraestructuras a gasto en gestión de la movilidad; revisar en profundidad el Plan Estatal de Infraestructuras de Transporte (PEIT), condicionando y paralizando la construcción de todas las nuevas infraestructuras de gran capacidad; e impulsar de forma "urgente" una Ley de Movilidad Sostenible, que fomente la movilidad no motorizada, como el peatón o la bicicleta.

A menos de cien días de la Cumbre de Copenhague, donde se decidirá el futuro del Protocolo de Kioto, Greenpeace recuerda que, si los gobiernos acuerdan la disminución necesaria de emisiones de CO2 para salvar el clima, el transporte deberá enfrentarse a unas reducciones "muy superiores" a las actualmente planteadas (el 10 por ciento para 2020 sobre los niveles de 2005).

Según la organización ecologista, durante las últimas décadas el Gobierno español ha apostado por los modos "más contaminantes" de transporte de mercancías y pasajeros: el transporte rodado y la aviación. "Esto ha provocado que el 42,7 por ciento del gasto energético español provenga de este sector en constante crecimiento", advierte.

INEFICIENTE Y CARO

Pizzinato subrayó la "ineficiencia" del transporte español, que se debe a que las distancias que cubren los pasajeros son cada vez mayores, y que en desplazamientos de más de 50 kilómetros el medio más utilizado es el automóvil. No obstante, a medida que aumenta la distancia, el coche disminuye en beneficio del avión.

Así, señaló que en 2008, España gastó 28.000 millones de euros en importación de petróleo, de los que el 43 por ciento de los productos se destinaron a la automoción. Concretamente, la responsable de Transporte de Greenpeace dijo que el sector transporte supone el 6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), pero los españoles se gastan en "pagar el coste del transporte" el 9,56 por ciento del PIB. "No es ni sostenible ni rentable", insistió, ya que "hay que tener en cuenta el gasto en infraestructuras, en compensación del cambio climático, el gasto para cubrir los accidentes y para atender a las 16.000 personas que cada año mueren en España por la contaminación del aire".

Por tanto, Pizzinato alentó a pensar que la crisis es "una oportunidad que hay que aprovechar", puesto que, en su opinión, las infraestructuras no dan puestos de trabajo estables mientras el transporte público genera el doble de empleos que el privado. "Apostar por el transporte público y medios no motorizados así como el ferrocarril sería además generador de empleo", aseguró.

Para trasladarse por la ciudad, apostó por el transporte público, préstamo de bicicletas, reducir el acceso a vehículos privados y camiones al centro de las ciudades, evitar grandes políticos y centros comerciales lejos de las ciudades, entre otras medias. "Los ayuntamientos no deberían aceptar planes de expansión a los que no se pueda acceder con vehículos no motorizados", concluyó.