Actualizado 27/01/2011 18:36

Adquirir derechos de emisión de CO2 generará un déficit al sector aéreo de 1.400 millones en 2012

Aeropuerto de Heathrow
BAA

AENA admite que la gestión del espacio aéreo español debe ser más eficiente


MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

Adquirir derechos de emisión de CO2 generará un déficit al sector aeronáutico de 1.400 millones de euros en 2012, según ha explicado hoy el director de la Bolsa Española de Derechos de Emisión de Dióxido de Carbono (Sendeco2), Ismael Romeo.

Durante su ponencia en la jornada convocada por Aenor para estudiar la contaminación medioambiental, Romeo ha explicado que para 2012 se ofertarán 250 millones de toneladas en derechos de emisiones, de las cuales 180 serán repartidas de manera gratuita entre las compañías que cumplan con la normativa europea, y los 70 millones restantes deberán adquirirse mediante subastas o a través del mercado secundario.

Así, para estimar el gasto que supondrá al sector esta medida, Romeo ha realizado el cálculo tomando como base un coste de 20 euros por tonelada adquirida, lo que multiplicado por las 70 millones de toneladas que deberán costearse las compañías genera un montante de 1.400 millones de déficit.

Además, ha señalado que el gasto se incrementará sustancialmente a medida que el coste de la tonelada aumente con el paso de los años, puesto que el porcentaje gratuito ofrecido a las aerolíneas tenderá a disminuir en los próximos años.

Por otro lado, en lo referido al ahorro de emisiones contaminantes a través de una eficaz gestión aeroportuaria, el director de Medio Ambiente de AENA, José Manuel Hesse, ha entonado el "mea culpa" porque considera que la gestión del espacio aéreo español debe ser "más eficiente".

En ese sentido, explicó que es excesivo el tiempo de espera de las aeronaves en la cabecera de los aeropuertos, puesto que en ocasiones los aviones pasan de 15 a 20 minutos con los motores encendidos esperando la orden para el despegue.

Asimismo, Hesse ha anunciado la creación en Madrid de una planta de crecimiento de algas que se alimentan de CO2, lo que permitirá generar la biomasa necesaria para la creación de bioqueroseno que podrá ser utilizado por la industria como combustible.