BRUSELAS, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
La empresa Syngenta introdujo desde Estados Unidos alrededor de mil toneladas de maíz transgénico 'Bt-10' en la Unión Europea entre 2001 y 2004, pese a que este producto está prohibido tanto en territorio europeo como estadounidense, según informó el portavoz de Sanidad y Protección de los Consumidores, Philip Tod, en rueda de prensa.
La Comisión Europea recibió ayer una nota de la sociedad en la que se informa de este hecho y se subraya que la entrega de este maíz 'Bt-10' se pudo producir "por error" ya que estaba previsto que fuera de la variedad 'Bt-11', permitida en la UE y Estados Unidos.
Estas mil toneladas de 'Bt-10' sirvieron esencialmente para consumo animal, aunque Bruselas ha pedido información suplementaria a Syngenta y las autoridades estadounidenses para conocer en qué lugares se distribuyó este organismo genéticamente modificado (OGM).
Tod explicó que el 'Bt-10' y el 'Bt-11' tienen la misma proteína aunque genéticamente son diferentes. El primero contiene un gen que es resistente a un tipo de antibiótico denominado 'ampicilina' y por ello su comercialización no ha sido autorizada por las autoridades sanitarias de la UE y Estados Unidos.
Preguntado por las consecuencias para la salud humana o animal que puede tener este hecho, el citado portavoz indicó que las autoridades estadounidenses ya han explicado que no debe existir "ninguna preocupación" alimentaria o medioambiental.
Syngenta informó, en paralelo, de la importación de diez kilos de 'Bt-10' a España y Francia en 2004 destinados a trabajos de investigación. España recibió dos de ellos y el resto fue a parar a Francia. Tod dejó claro que esta partida de 'Bt-10' fue destruida tras su utilización sin que pasase a la cadena alimentaria.
Asimismo, precisó que ambos países recibieron estos kilos de 'Bt-10' sin su conocimiento debido a que la petición a Syngenta era para suministrar 'Bt-11'. Además, la firma ha explicado al Ejecutivo comunitario que el gen en cuestión del 'Bt-10' "no está activo".
La Unión Europea puso fin el 19 de mayo de 2004 a cinco años de la controvertida moratoria de transgénicos que se autoimpuso en junio de 1999, una vez que la Comisión autorizó la importación del maíz genéticamente modificado 'Bt-11', diseñado por la citada empresa a pesar de las presiones de los ecologistas.