Publicado 28/11/2025 17:17

Un total de 26 jóvenes acceden este curso al grado universitario deseado por el cupo de exclusión social en la UMA

Archivo - Alumnos universitarios.
Archivo - Alumnos universitarios. - Carlos Luján - Europa Press - Archivo

MÁLAGA 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un total de 26 jóvenes en situación de vulnerabilidad han tenido la oportunidad de acceder, en este curso 2025/2026, a 23 carreras de su preferencia en la Universidad de Málaga (UMA) mediante el cupo del 1% adicional de plazas de ingreso a la educación superior que realiza para este colectivo la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación.

Esta medida, que se viene aplicando en la región desde el año académico 2023/2024, es pionera en el sistema universitario español y convierte a Andalucía en la primera comunidad en ponerla en práctica en el conjunto del país. Con ella se pretende garantizar el acceso a la enseñanza superior y la igualdad de oportunidades con independencia de las circunstancias económicas y sociales.

Las estadísticas analizadas por la Consejería de Universidad arrojan también que existen en la UMA otros 81 estudiantes en situación vulnerable que han entrado en esta institución académica por el cupo general sin necesidad de ocupar plaza mediante la vía de la exclusión social.

Esto se debe a que muchos de ellos accedieron con este cupo específico en la primera fase del proceso de adjudicación de plazas y que, finalmente no han necesitado beneficiarse de ese trato diferencial debido a la evolución de las notas de corte, dejando así su puesto a otras personas también con dificultades socioeconómicas con notas más bajas.

Atendiendo al género, las mujeres se acogen mayoritariamente a esta reserva durante este curso, con un total de 16, lo que se corresponde al 61,54% del total, frente a los 10 hombres, que se apuntan el 38,46% restante.

Si se realiza un análisis por la tipología de estudios elegidos, destaca una presencia significativa de estos universitarios en las ramas de las Ingenierías, con ocho matriculaciones, y en las de Ciencias de la Salud, con seis.

En el primer caso, los alumnos han accedido hasta a siete grados diferentes de Ingeniería, algunos en modalidad de doble grado, destacando, entre otras carreras, la de Ingeniería del Software, la de Ingeniería Informática, la de Ingeniería de la Salud o la de Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecánica. Cada una de ellas cuenta con la presencia de un estudiante en exclusión social.

En la esfera de las enseñanzas sanitarias, Enfermería es el título que más matriculaciones acumula, con dos. Le siguen Medicina, Psicología, Fisioterapia o Logopedia, con un joven con especiales características en cada una de estas titulaciones. A continuación, se encuentran los grados relacionados con la Educación, en concreto con la Educación Infantil y la de Primaria, que suman en común tres plazas.

Otros estudios como Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Fundamentos de Arquitectura, Derecho, Criminología, Educación Social, Ciberseguridad e Inteligencia Artificial, Biología o Bioquímica cuentan con una persona cada uno.

Con el fin de poder beneficiar al mayor número de personas con circunstancias sociales y económicas difíciles, la Consejería de Universidad amplió el pasado curso los colectivos que podían beneficiarse de ese tratamiento diferenciado para acceder a la educación superior, incluyendo también a los jóvenes extutelados del sistema de protección de Andalucía, tras haber cumplido los 18 años, que son atendidos en centros de protección o en familias de acogida externa o extensa.

Además, en este curso 2025/2026, el departamento que dirige el consejero José Carlos Gómez Villamandos ha continuado mejorando esta medida de inclusión y de gran calado social, extendiendo esa reserva especial del 1% adicional a los campus de Ceuta y Melilla.

Para poder beneficiarse de dicho cupo, los alumnos deben recoger en su preinscripción de matrícula su condición de acogida o de receptores de la Renta Mínima de Inserción Social en Andalucía o del Ingreso Mínimo Vital para que la Consejería de Universidad tenga en cuenta sus circunstancias especiales.

En una primera fase, se les incluye, al igual que al resto de colectivos especiales, en el cupo general, en el que compiten en igualdad de condiciones con los otros aspirantes que desean iniciar una formación universitaria.

Si con sus calificaciones no logran plaza en las enseñanzas deseadas, entonces pasan a formar parte del grupo especial del 1% adicional para personas en riesgo de exclusión social, donde se les concede plaza en función de la clasificación que se haga de las mejores notas.

MEDIDAS DE APOYO AL ESTUDIANTADO

Esta medida se incluye en el paquete de actuaciones de calado social desarrolladas por el Ejecutivo autonómico en la esfera universitaria, con el fin de que los jóvenes andaluces completen su etapa educativa superior y no abandonen su formación por motivos económicos.

Entre esas acciones se encuentran la congelación de los precios de las matrículas universitarias que se viene aplicando en los últimos años. De igual modo, los alumnos también se benefician de la reducción aplicada a los másteres habilitantes (los obligatorios para el desempeño de una serie de profesiones reguladas) , que se han equiparado a los títulos de grado, y de la congelación de los másteres no habilitantes.

También se mantiene la bonificación del 99% del coste de los créditos aprobados en primera matrícula, tanto en grados como en másteres, a todos los estudiantes que no sean becarios del Ministerio y a los becados en el porcentaje no cubierto por esa ayuda. Gracias a esa bonificación, un alumno con buen rendimiento puede realizar sus estudios de grado abonando casi únicamente el primer curso, con un ahorro total de hasta el 75% del precio, y realizar un máster prácticamente gratis.

Junto a ello se contemplan otras actuaciones como la posibilidad de abonar el importe de las enseñanzas de manera fraccionada hasta en ocho plazos, y con carácter excepcional, la Consejería de Universidad autoriza a las instituciones académicas públicas a establecer, de manera individualizada, un procedimiento de pago diferente, de forma que la falta de abono no implique el desistimiento automático de la matrícula. Asimismo, se incluye la exención del pago de tasas por parte de las familias perceptoras del Ingreso Mínimo Vital y de la Renta Mínima de Inserción Social.

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