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MADRID 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha advertido del "deterioro" sostenido del Estado de derecho, que afecta ya a la mayoría de las regiones del mundo y, de forma especialmente preocupante, a las democracias consolidadas en vísperas del 47º aniversario de la Constitución Española, ha informado el Colegio en un comunicado.
Los principales indicadores internacionales de calidad democrática, recopilados en un informe especial del ICAM, reflejan según el ICAM "un retroceso global y acelerado en ámbitos como la independencia judicial, la calidad normativa y el equilibrio de poderes".
"La Constitución nació para poner límites al poder", ha subrayado el decano del ICAM, Eugenio Ribón. "Los datos que presentamos demuestran que esos límites se están debilitando dentro y fuera de España y que la defensa del Estado de derecho ya no es una cuestión académica, sino de plena actualidad informativa y social", añade.
Ante este escenario, el Colegio reivindica "el papel de la abogacía como garante democrático y lanza una llamada de atención sobre los riesgos de deslegitimación institucional, cuyas dinámicas analiza de manera exhaustiva un número especial de su revista Otrosí dedicado al Estado de derecho".
"El objetivo es ofrecer una radiografía sintética, documentada y comparada de la recesión democrática que describen los principales índices internacionales y dimensionar el deterioro normativo e institucional en los últimos cinco años en todo el mundo", explica la Diputada del ICAM y presidenta del Consejo Editorial de Otrosí, Roberta Poza.
RETROCSO EN PILARES DEL ESTADO
El informe, publicado coincidiendo con la efeméride constitucional, pone el foco en las dinámicas estructurales que están debilitando los pilares del Estado de derecho a lo largo y ancho del planeta.
Según los datos más recientes de los principales índices internacionales más del 68 % de los países han registrado retrocesos en los últimos 12 meses, y solo el 12 % de la población mundial vive en democracias liberales, el mínimo histórico de la serie.
Entre los elementos más reveladores, el ICAM destaca que menos de la mitad de la población mundial vive ya bajo algún tipo de régimen democrático y que la nota media de la democracia global ha caído a su nivel más bajo desde que existen mediciones comparadas.
El informe constata también que el 46 % de la población mundial vive bajo regímenes de autocracia electoral, en los que existen procesos formales de votación, pero sin garantías suficientes, mientras que las autocracias cerradas concentran ya al 26 % de la población global.
La polarización política, el debilitamiento de los contrapoderes, la instrumentalización legislativa y los ataques a la independencia judicial son, según el texto colegial, algunos de los vectores clave del deterioro.
A escala mundial, el avance de modelos autoritarios y la concentración de poder dentro de sistemas formalmente democráticos explican buena parte de esta tendencia regresiva.
El informe del ICAM recuerda que hoy hay más autocracias que democracias y que el 72 % de la población mundial vive en países donde la calidad democrática está en declive.
En España, las alertas se centran en la proliferación del decreto-ley, la degradación de los procedimientos parlamentarios o la politización persistente en la renovación de los órganos de gobierno del Poder Judicial.
Roberta Poza recuerda que esta degradación institucional no suele producirse "de golpe ni de forma espectacular", sino "mediante reformas aparentemente legales, pero destinadas a debilitar los contrapesos o intimidar a quienes se interponen".
Frente a este fenómeno, la diputada del ICAM reivindica el papel de la abogacía como "columna vertebral de la democracia", y subraya que defender el Estado de derecho "es hoy una tarea urgente, ineludible y profundamente nuestra".
FACTORES ESTRUCTURALES DEL DETERIORO
El ICAM describe en su informe una tendencia global hacia sistemas autocráticos que avanza desde dentro: se preservan las formas electorales, pero se vacía de contenido el equilibrio de poderes.
Además, subraya que esta "autocracia de baja intensidad" opera con herramientas jurídicas: reformas de constituciones, leyes y reglamentos que, bajo un discurso de eficacia o regeneración, reducen la capacidad de control de parlamentos, tribunales y organismos independientes.