Un informe de Ikuspegi dice que un 26,7% de vascos ha asistido a una situación discriminatoria sobre todo por origen, etnia o color de piel
BILBAO, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un 16,6% de la población vasca se ha sentido discriminada el último año en Euskadi pero la incidencia es mayor en las mujeres (23,3%) que entre los hombres (9,4%). El hecho de ser mujer es la causa citada por el 40% del total de personas que han sufrido discriminación por encima de otros motivos, según la encuesta sobre percepción de actitudes discriminatorias elaborado por Ikuspegi.
La presentación del informe, celebrada en Bizkaia Aretoa en Bilbao, ha contado con la presencia de la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa; la vicerrectora de Relaciones Institucionales y Cultura de la UPV/EHU, Marian Iriarte Ormazabal, y la directora de Ikuspegi y profesora de Sociología, Julia Shershneva.
Según la encuesta, y al preguntar a la población vasca sobre el tipo de sociedad en la que le gustaría vivir, el 76,4%, afirma que prefiere hacerlo en una sociedad diversa, con personas de diferente origen, cultura, creencias, orientación e identidad sexual. Esta cifra ha tenido un incremento importante desde 2020, de casi 11 puntos porcentuales.
Por el contrario, las personas que se inclinan por vivir en una sociedad más homogénea, en la que la mayoría tenga las mismas características, conforman solamente el 17,7 % del total. Por su parte, el 5,5 % no se posiciona ante esta cuestión.
La encuesta constata que la mayoría de los episodios discriminatorios se producen en espacios públicos (36,6%) y en el ámbito laboral: tanto en el trabajo (21,6%) como en la búsqueda de empleo (8,5%). El motivo de discriminación más citado es por el hecho de ser mujer (40,2%).
Casi la mitad de la población vasca, el 45,9% afirma que la discriminación social hacia ciertos grupos sociales es un problema muy o bastante importante, mientras que otro 30,2% la percibe como "algo importante" (30,2%) y un 20,4% el que opina que la discriminación es una cuestión con poca o ninguna importancia a nivel social (20,4%).
En cuanto a los motivos de discriminación considerados más extendidos en Euskadi, se citan el hecho de ser una persona gitana (58,6%), el origen étnico (52,6%), la nacionalidad o el origen extranjero (51,8%), color de piel (47,1 %) o apariencia física (40,7%).
La sociedad se muestra dividida en cuestiones como la discriminación por ser mujer (37,5% frente a un 36,2% que cree que no ocurre o es muy rara), por opiniones políticas (37,5% frente a un 38,2%) o por el peso (36,5% frente a 39,1%), donde los porcentajes de percepción de discriminación y de negación de la existencia de la misma son similares.
En el extremo opuesto, los motivos percibidos como menos extendidos son: ser joven (12,7%), las creencias religiosas (24,2%), la orientación sexual (24,3%), ser mayor (24,6%) y tener alguna discapacidad (28,5%).
Tras dar a conocer la encuesta, la consejera Nerea Melgosa ha valorado que los datos confirman que "la sociedad vasca va por buen camino, pero aún hay un claro margen de mejora".
Tras recalcar que "la diversidad en sí suma y no resta porque es beneficiosa, canalizadora, enriquecedora, elocuente, atrevida, fresca y agradecida" Melgosa ha destacado que más del 76% de la población vasca afirme no querer "una sociedad monocolor, individualista y sin contrastes sino una comunidad diversa, dentro de una sociedad orgullosa de sus raíces pero a la vez abierta al mundo".
ACCESO VIVIENDA Y PUESTOS RESPONSABILIDAD
En el acceso a la vivienda y a los puestos de responsabilidad es donde más discriminación se percibe entre los encuestados, ya que siete de cada diez cree que se hacen diferencias mientras que más del 60% también percibe que hay desigualdad en acceso al empleo y el ámbito legislativo.
Las características más afectadas por la discriminación en el acceso a la vivienda, son disponer de bajos recursos económicos (66,3%), ser de origen extranjero (57,7%), ser una persona gitana (45,8%) o estar en desempleo (36%).
CONTEXTO LABORAL
En el contexto laboral, las principales causas asociadas a discriminación son tener menos formación (48,1%), ser una persona gitana (39,8%) y ser de origen extranjero (39,4%). Cabe mencionar que "ser mujer" destaca en el acceso a puestos de responsabilidad (36,5%).
En el acceso a ayudas sociales, la juventud aparece como el factor percibido más desfavorable (21,7%), seguido del origen extranjero (19,6%). Por último, en el acceso a servicios públicos, los motivos de discriminación más señalados son origen extranjero (35,4%), ser una persona gitana (25,5%) y origen étnico (22,0%).
Finalmente, al condensar en una única cifra la actitud general de la sociedad vasca hacia la diversidad, este Índice de Apertura hacia la Diversidad, que refleja el nivel de aceptación que muestra la población vasca frente a distintos colectivos y grupos sociales potencialmente discriminados, arroja una puntuación de 72,78 sobre un máximo de 100, lo que puede considerarse una valoración notable.
El informe concluye que solo el 16,1% de quienes han vivido un episodio de discriminación presentaron una denuncia, queja o reclamación formal y hasta un 57% de quienes no lo hicieron afirman que "no sirve de nada".
Para directora de Ikuspegi y profesora de la UPV/EHU, Julia Shershneva, "este dato refleja una grave desconexión entre la vivencia de la discriminación y los mecanismos de protección existentes. La percepción de ineficacia o desconocimiento de los recursos es un obstáculo serio para garantizar derechos", ha advertido.
TESTIGO DE EPISODIOS
La encuesta también constata que una de cada cuatro personas, el 26,7% de la ciudadanía ha sido testigo de situaciones discriminatorias, donde los motivos más comunes observados eran por origen extranjero, étnico o color de piel.
A juicio de Shershneva, los datos de 2024 "apuntan a una discriminación estructural, que afecta, especialmente, a grupos sociales como personas gitanas, de origen extranjero, mujeres o quienes tienen bajos recursos económicos".
En su opinión, "es imprescindible actuar desde lo institucional, pero también desde lo cotidiano", ha subrayado, para añadir que "aunque mejoran, los que eran principales indicadores discriminatorias hace cuatro años, lo siguen siendo en 2024".
En el plano laboral, persisten reticencias hacia determinados colectivos, ya que cerca del 80% se declara dispuesto a contratar, en igualdad de condiciones, a personas con escasos recursos económicos, de orientación no heterosexual, con creencias religiosas diferentes, personas mayores, trans, con alguna discapacidad o de origen extranjero.
Sin embargo, el respaldo desciende significativamente en el caso de las personas con enfermedad mental (64,7%) y alcanza su nivel más bajo cuando se trata de personas gitanas, con un 62,3% de predisposición favorable.
La brecha se amplía al proyectar estas decisiones sobre el entorno cercano, es decir, al preguntar si familiares o amistades actuarían del mismo modo. Esta diferencia apunta a una menor apertura atribuida a terceros, fenómeno que los expertos interpretan como un indicador de actitudes discriminatorias latentes.
Por otro lado, la directora de Ikuspegi ha apuntado que "el ámbito residencial es uno de los más afectados por la discriminación en Euskadi ya que, por un lado, "es donde más se percibe desigualdad en el acceso a la vivienda, y por otro, es donde emergen con más claridad actitudes excluyentes y prejuicios cotidianos".
La muestra se ha diseñado a partir de las respuestas de 1.200 personas, a través de una encuesta personal domiciliaria a mayores de 18 años residentes en la comunidad autónoma. El trabajo de campo se llevó a cabo entre el 6 de junio y el 15 de julio de 2024.