Ibarretxe dice que las mayorías vascas y catalanas favorables a un proyecto propio serán "más grandes" tras elecciones

Ibarretxe
Reuters
Actualizado: miércoles, 26 septiembre 2012 12:39

Insta a que no se use la Constitución "como martillo pilón" para dar una solución a Euskadi y Cataluña


BILBAO, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

El anterior lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha advertido de que "las mayorías sociales y políticas vascas y catalanas" favorables a un proyecto propio en Europa serán "más grandes" tras las elecciones que se celebrarán en ambas comunidades autónomas. Además, ha instado a que no se use la Constitución "como martillo pilón" para dar una solución a Euskadi y Cataluña.

En un artículo publicado en el Grupo Noticias, recogido por Europa Press, Ibarretxe ha destacado que "existe un acuerdo bastante generalizado en que la construcción autonómica del Estado español se diseña -en parte- para tratar de integrar, en intención de otros diluir, a Euskadi y Catalunya dentro del mismo". "Este intento -sea el de integrar o el de diluir- ha fracasado", ha aseverado.

En este sentido, ha apuntado que 35 años "dan para mucho", y si algo cabe destacar "es que aquel espíritu del debate constituyente, si es que de verdad algún día existió, nada tiene que ver con la historia sucedida después", de forma que "Euskadi y Catalunya siguen siendo un problema pendiente de resolver".

Tras señalar que no pretende "interferir en el debate abierto en Catalunya y, mucho menos, dar consejos o recomendaciones", ha señalado que tampoco quiere entrar "en el debate comparativo sobre la situación y futuro de Euskadi y de Catalunya" porque "cada uno tiene su personalidad y cada país tiene su camino". "Y estoy seguro que sus ciudadanos sabrán encontrarlo", ha indicado.

Ello lo demuestran, según ha precisado, "las mayorías sociales y políticas vasca y catalana favorables en la calle y en sus parlamentos" a desarrollar un proyecto propio en la Unión Europea y que "serán aún más grandes tras los próximos comicios en los dos países".

A su juicio, tampoco "dejan lugar a dudas las declaraciones de los máximos responsables del Estado que se han dirigido a éstas con "gran respeto", añade con ironía, al referirse a las declaraciones realizadas por el Rey en las que aludió a "quimeras independentistas" o las de otros representantes estatales que aseguraron que "el futuro de Cataluña se decidirá en España".

Para Juan José Ibarretxe, se trata del "mismo respeto que en estos últimos años han tenido con todas las iniciativas democráticas presentadas por los parlamentos vasco y catalán, que se han despachado, por cierto, con el mismo democrático método: 'el portazo'".

No obstante, ha advertido de que estos pueblos viven "el tiempo de las 'utopías realizables', de modo que, al menos, tan quimérico resulta hoy defender la independencia de Euskadi o Catalunya como la unidad de España".

CONSENSO CONSTITUCIONAL GENERACIONAL

En este sentido, ha defendido la idea del "consenso constitucional generacional": es decir, "que cada generación debería ser capaz de impulsar un debate constituyente que concluya con un acuerdo de convivencia renovado".

"En Catalunya y en Euskadi las personas con menos de 50 años no han podido decidir sobre el modelo de convivencia política, constitucional o estatutaria, que estima más conveniente mantener con España, Francia o la Unión Europea", ha añadido, para recordar que "los cambios han sido sustanciales".

Tras recordar el "cepillado" del nuevo Estatut de Cataluña, ha apuntado que "esa tendencia al autoritarismo democrático es otro de los errores que han impedido, hasta el momento, solucionar el problema".

"Lo que hemos visto es que se prefiere enterrar los problemas a solucionar mediante el diálogo los conflictos. O, dicho de otro modo, la Constitución se presenta no como un marco donde encuentran cabida las expresiones democráticas de las naciones del Estado, sino como un martillo pilón que entierra las mismas", ha aseverado.

Según ha manifestado, "la consecuencia" es un sistema "que es incapaz de abrir una vía de discusión, diálogo y posterior acuerdo, y que recurre al portazo o a la imposición para solventar las reclamaciones democráticas que le plantean las naciones que forman parte del Estado".

"Porque la propia Constitución señala al Estado como plurinacional. Este espíritu constituyente que reconocía y respetaba el carácter plurinacional es una de las quiebras unilaterales", ha afirmado.

En su opinión, "España ha entendido que la única nación es ella y que no hay nada más sobre lo que discutir" y ha denunciado que "la consecuencia que porta es que las naciones que forman parte del Estado sólo tienen dos caminos: o aceptan el modelo de convivencia que España decide unilateralmente o no tienen otro camino que irse del Estado".

"Resulta completamente desalentador que, entre una y otra opción, aún no se haya encontrado un camino que ponga el diálogo y el respeto a las ideas como bases fundamentales para resolver los problemas de encaje político territorial que es más que notorio y evidente que tiene el Estado", ha añadido.

Ibarretxe cree que es "más sensato partir del hecho de que hoy en día ninguna nación es plenamente soberana y que su soberanía la mantiene compartida". "En el marco de la Unión Europea esto es también más que evidente y, bajando más a la actualidad, es obvio que España ha cedido importantes dosis de soberanía para tratar de solucionar su crisis económica y financiera. Ello por no decir que la va a ceder completamente", ha dicho.

A su entender, "es incoherente estimar que no hay problema para compartir soberanía dentro de la UE con la troika, con Luxemburgo, con Estonia o con Grecia, pero sí con Catalunya o Euskadi".

SOBERANÍA COMPARTIDA

El anterior lehendakari ha precisado que "el concepto de soberanía compartida, por tanto, resulta muy útil y recomendable para encarar la solución de reivindicaciones de naciones que forman parte del mismo Estado".

"Es la mejor lección que podemos extraer de la sentencia que en su día, y ante un problema similar, dictó el Tribunal Constitucional de Canadá. Estableció que, si en Quebec había una expresión democrática clara de modificación de su estatus político, el Gobierno de Canadá tiene la obligación de abrir una vía de diálogo y acordar una solución que ofreciera un cauce a las reivindicaciones planteadas y refrendadas por la sociedad québécois", ha precisado.

En esta línea, ha manifestado que "el Reino Unido se plantea un modelo similar con Escocia" y se debería "copiar el talante cívico y democrático con el que los ciudadanos escoceses y británicos abordan este debate".

"No tengo duda alguna de que el debate sobre la identidad va a ser uno de los debates más relevantes del siglo XXI. Un debate que dejará en evidencia reflexiones falsarias como la que afirma que, si vivimos juntos, decidimos juntos. Para vivir juntos y decidir juntos, hay que tener, primero, la oportunidad de decidir si queremos vivir juntos, como tuve ocasión de expresar en las Cortes españolas, representando a mi pueblo", ha subrayado.

Juan José Ibarretxe ha defendido que "el gobierno no es solamente disfrute del poder, sino una gestión de las herramientas económicas y fiscales que tenemos a nuestro servicio para cohesionar la sociedad, articular mecanismos de solidaridad y favorecer el crecimiento económico, el empleo, la redistribución equitativa de la riqueza, etc". "Y el problema comienza cuando una nación estima que no tiene las herramientas suficientes para llevar a cabo esta labor", ha señalado.

Por ello, ha emplazado a "buscar una solución que no pase por la utilización de la Constitución como un martillo pilón". "Así intenté expresarlo en el turno de réplica en el citado debate del Congreso: "¿Saben lo que van a hacer ustedes hoy si se dice no, si se da un portazo al conjunto de la sociedad vasca, mayoritariamente representada en esta decisión del Parlamento Vasco? Es erigir un gran monumento a la necesidad que tenemos, mañana mayor que hoy, de solucionar las cosas hablando y negociando", ha rememorado.