SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El envejecimiento poblacional registrado en la comarca de la Ribeira Sacra ha obligado a las bodegas amparadas por esta denominación de origen (D.O.) a incorporar cerca de un 30 por ciento de trabajadores de otros puntos de Galicia. La proporción de contratación externa aumenta cada año y fuentes del Consello Regulador reconocieron a Europa Press que esta cuestión "comienza a ser una problemática".
Precisamente, la entidad certificadora de esta D.O. marcó hoy el inicio de la vendimia, periodo de dos semanas en el que confían recoger entre 12 y 14 millones de kilos, de los que sólo un tercio --aproximadamente entre cuatro y 4,5 millones de kilos-- se dedicará a la elaboración de vinos de calidad.
"Somos un caso especial porque unos dos tercios de uva se vendimian para consumo propio", explicó el presidente del Consello Regulador, José Manuel Rodríguez. De este modo, a los responsables de las 100 bodegas suscritas a la D.O. no les preocupa que el volumen de uva aumente o disminuya, dado que, en caso de necesidad recurrirían a esa materia prima.
Las más de 1.200 hectáreas de producción de la D.O. se distribuyen en 17 municipios situados por los que transcurren los cauces del Miño y del Sil, seis del norte de Ourense y once del sur de Lugo. La falta de mano de obra joven y, por tanto, de relevo generacional es una constante en el conjunto de las zonas de producción de vid que, en algunos casos se realiza en socalcos cuya pendiente oscila entre el 80 y el 100 por ciento.
"Viticultores y bodegas realizan ofertas de empleo y, aunque el volumen de trabajadores es mínimo en en conjunto de la D.O., cada año aumentan", reconoció a Europa Press. No obstante, Rodríguez abordó esta situación con cierto optimismo. "Un 70 por ciento de los que vendimian son jubilados, de la tercera edad, pero ésta es una época que se vive con mucha alegría, es una tradición", apuntó.
Con respecto a las previsiones de calidad, Rodríguez confió en que "no llueva" en las dos semanas durante las que se realizarán las labores de extracción y recogida de la uva. "El sol garantiza siempre unas óptimas condiciones para la uva, así que si el tiempo nos acompaña tendremos un muy buen año", insistió después de reconocer que las tormentas registradas en la comarca hicieron de los primeros 20 días de septiembre un periodo "irregular".
"Este año llovió bastante y el último mes las cepas piden sol para culminar la maduración, con la mitad de agua de este año estaríamos mejor", expuso. No obstante, la situación meteorológica de este inicio de vendimia mantiene, por el momento, "satisfechos" a bodegueros y viticultores, según señaló.
SUBIR A UN DÉCIMO PISO
Todo, pese a reconocer que la recolección de la uva es un trabajo arduo y costoso. "Cada persona puede sacar una media de 400 kilos en la vendimia", indicó, tras matizar que la recogida y carga de la uva en los socalcos cuya pendiente ronde el 80 por ciento en un tramo de 60 o 70 metros es equiparable a subir hasta un décimo piso con ese peso a la espalda.
Algunos viticultores y bodegueros incorporaron ya a sus tierras de producción elevadores mecánicos que facilitan la labor del vendimiador. No obstante, esta posibilidad no está al alcance de todos dada que la excesiva "parcelación" de las laderas y sus reducidas dimensiones impiden, según apuntó el presidente del Consello Regulador, que todos los propietarios puedan hacer frente a la inversión que requiere la infraestructura.