Colectivos feministas reclaman un "agente de igualdad" en las instituciones públicas

Cartel de las fiestas del ayuntamiento de Cangas do Morrazo (Pontevedra)
Cartel de las fiestas del ayuntamiento de Cangas do Morrazo (Pontevedra) - CEDIDA

Actualizado: sábado, 31 agosto 2019 12:11

   Insisten en que "sin formación transversal en género" los Puntos Lila son un "parche" para la equidad real

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -

   La Asociación Profesional de Axentes de Igualdade de Oportunidades Galega (Apaioga) y el colectivo feminista O Soño de Lilith han reclamado la figura de un "agente de igualdad" en las instituciones públicas para ofrecer "atención especializada" a las mujeres.

   La presidenta de O Soño de Lilith, Daisy Alcalde, aseguró en conversación con Europa Press que la iniciativa de los Puntos Lila se queda en "una actividad de un solo día" y que sin "formación transversal en género" estos establecimientos son un "parche" para la igualdad real.

    La presidenta de Apaioga, Mercedes Renda, ha explicado que "el cambio tiene que extenderse a todos los ámbitos" y que "hace falta un profesional" porque, en materia de igualdad, "no se parte de cero sino de menos 50".

   La función de esta figura sería "diseñar, implementar y evaluar cualquier medida o actuación de igualdad" ya que, en las instituciones "la formación en perspectiva de género es de carácter voluntario", ha añadido.

"CURSOS OBLIGATORIOS" POR LOS QUE "NADIE VELA"

   Por su parte, la Secretaría Xeral de Igualdade ha asegurado que "la Xunta financia agentes de igualdad a través de los Centros de Información a la Mujer (CIM)", pero ha destacado que la contratación de estos promotores es "competencia municipal".

   La secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, ha señalado que la formación en perspectiva de género es "obligatoria" para todo el personal que ocupa cargos públicos. En concreto, se ha referido a los empleados del sistema educativo y del Servicio Galego de Saúde (Sergas) que asegura que deben preparar "cursos online o presenciales" en esta materia.

   Al mismo tiempo, ha indicado que existen "plazos de adaptación" para la realización de estos ciclos de formación. De esta manera, el personal de la administración pública tiene hasta "10 años para cursar" estos programas, iguales o superiores a 20 horas.

   Sin embargo, tanto educadores de colegios e institutos, como profesionales del ámbito sanitario (pertenecientes a la medicina y la enfermería) han garantizado a Europa Press que en su "trayectoria profesional no han tenido que realizar ningún curso, puesto que son de carácter voluntario". Por su parte, Apaioga ha apuntado en este sentido que "en el caso de existir estos cursos", que según la Xunta son obligatorios, "no hay nadie que vele por su cumplimiento".

   Respecto a la utilidad de estas actividades formativas, la presidenta de O Soño de Lilith, también maestra, ha explicado que aunque "muchos profesionales lean los manuales" facilitados, "no estarán de acuerdo con la información feminista" y "no podrán orientar y asesorar bien" debido a su falta "de perspectiva de género".

"EN GALICIA HAY PERSONAL MUY FORMADO"

   Por otra parte, la organización de los Puntos Lila "varía según el ayuntamiento", ha apuntado la presidenta de Apaioga. En ocasiones, los gobiernos locales organizan un Punto Lila sin una "implicación de verdad" y lo consideran como un "trámite" al ser una iniciativa "que se está llevando a cabo en muchos sitios", ha añadido.

   De hecho, Daisy Alcalde ha explicado que en algunos festivales de música han sido "contratados" voluntarios sin formación provenientes de empresas externas. En este sentido, opina que "el dinero del Pacto de Estado está muy bien, pero cuando no se contraten a empresas hay que contratar a profesionales" que estén especializados en género.

   Renda ha asegurado que la tarea en los Puntos Lila no se basa en "repartir folletos", sino de ser capaz de "argumentar, tener conocimientos suficientes, habilidades sociales y de comunicación para poder resolver dudas a quien tenga curiosidad", al tiempo que también es necesario "saber tratar a los que quieran polemizar".

   Para los puntos de atención es "básico que haya una persona psicóloga o trabajadora social con formación específica en igualdad y en violencia de género", ha explicado Apaioga.

   De esta manera, la asociación de agentes de igualdad asegura que "en Galicia hay personal muy formado", pero reconocen "la dificultad de las condiciones" al ser trabajos muy "esporádicos y puntuales" debido a su nocturnidad en verano y fines de semana.

AGRESIONES COMO "TABÚ"

   Respecto a los integrantes de estos Puntos Lila, Mercedes Renda ha declarado que "lo ideal es que haya mujeres". Ha asegurado que "los hombres pueden estar si están formados y preparados", pero ha insistido en que "en un punto de información" de estas características "es mejor la presencia de mujeres".

   No obstante, ha manifestado que no comparte el "protagonismo masculino" en los puntos de atención, puesto que tiene darse un papel relevante a las figuras femeninas, "aunque pueda haber diversidad".

   En el caso del tipo de cuestiones más formuladas en estos establecimientos, Daisy Alcalde ha señalado que las preguntas más frecuentes son sobre agresiones sexuales, y lo ha considerado como "un punto fuerte" al haber sido "siempre un tema tabú".

"PRIVILEGIOS MASCULINOS EN PELIGRO"

   Además, Alcalde ha destacado que hay un "falso mito" a cerca de la creencia de que "antes no había tantas agresiones sexuales", la cual ha desmentido. Ha explicado que lo que ha cambiado es que "la gente ahora es consciente de lo que está pasando".

   "Los hombres de mediana edad se acercan normalmente para informarse por sus hijas", comenta O Soño de Lilith. En cuanto a los más jóvenes, ha destacado que por una parte percibe que "están muy comprometidos", pero por otra, afirman que hay una cantidad que "rechaza todo lo que tenga que ver con poner en peligro los privilegios masculinos".

   El colectivo feminista ha concluido que "antes solo se consideraba violencia machista cuando un hombre agredía a una mujer, pero ahora se denuncian comportamientos que en el pasado pasaban más desapercibidos", como "los gestos obscenos o los mal llamados piropos", y eso significa que "la gente está empezando a reaccionar".