Continúa el pulso a la Inspección de Trabajo en la segunda jornada que trabajadores han pasado a las puertas de la fábrica
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El dueño de Sargadelos, Segismundo García, ha enviado una carta a la Inspección de Trabajo en la que avisa que fija la semana que viene como "periodo vacacional" en la fábrica de Cervo (Lugo).
Lo hace, según indica el comunicado, remitido también a Europa Press, "en tanto no se resuelven convenientemente las faltas y deficiencias detectadas", y a menos de 72 horas de que empiece dicho periodo que él denomina como "vacacional".
Legalmente, un trabajador tiene derecho a conocer sus vacaciones con dos meses de antelación o es algo que se planifica en el convenio colectivo, por lo que, según fuentes consultadas por Europa Press, esto se trataría de un permiso retribuido.
En el nuevo escrito remitido este viernes por Segismundo García, el empresario enumera toda una serie de circunstancias de la planta que podrían afectar a la salud de los trabajadores, aparte de las 36 deficiencias ya detectadas por Inspección de Trabajo que conllevaron una multa de 5.000 euros.
Una Inspección de Trabajo que abrió un expediente a la empresa tras comprobar que dos trabajadoras han desarrollado silicosis.
"PROBLEMAS DE HIGIENE LABORAL"
La inspección detectó esos dos casos de enfermedad laboral desarrollada en la factoría y pide a la dirección que adopte medidas para que el sílice no siga afectando a la plantilla. Segismundo García se refiere ahora a más "problemas de higiene laboral que pueden afectar gravemente a la salud" de quienes trabajan en la empresa.
Con el mismo tono que caracteriza sus textos, enumera hasta trece nuevas cuestiones relativas a la fábrica, la primera de ellas "que las cubiertas son de uralita, y es posible que la presencia de amianto también pueda acabar deteriorando" la salubridad de empleados y dirección.
"Que los hornos de cocción funcionan a temperaturas muy elevadas sin que los empleados a su cargo dispongan de trajes ignífugos, ni las salas en donde se encuentran estén convenientemente señalizadas y aisladas", prosigue.
En tercer lugar, añade que los suelos son "de baldosa deslizante" y asegura que esto puede "ocasionar resbalones, fracturas y accidentes de todo tipo".
En esta línea, apunta que la pantalla de los ordenadores "carece de encubridores adecuados por lo que el personal administrativo se ve expuesto a fatiga ocular y posibles trastornos cognitivos y emocionales (sic)".
Incluso, Segismundo García indica que "al carecer de aire acondicionado, en los meses de invierno se pasa mucho frío y calor en verano".
"Que las sillas existentes, viejas y desgastadas, no proporcionan el confort ergonómico mínimo exigible, para impedir posibles dolores lumbares o traumatismos vertebrales", dice, en relación a asuntos que no tienen que ver con las medidas que le pide Inspección de Trabajo, sobre la presencia de sílice y su efecto en la salud de los empleados.
Otro guión lo dedica a "que las puertas y ventanales no cumplen la normativa actual" y uno más a que "las pasarelas de acceso a las plantas de producción son de madera, tienen goteras y, en caso de incendio, no permitirían una evacuación adecuada".
En el departamento de fabricación de pastas, según el escrito de García, "los sistemas de evacuación de aguas tardan tiempo en desaguar y siempre hay agua en el suelo, así como exceso de decibelios por el ruido de los tambores de mezcla".
En el de embalaje, según apunta, los operarios permanecen "demasiadas horas de pie con el consiguiente deterioro locomotriz".
En este punto, advierte de que, por estar la fábrica en un edificio BIC (bien de interés cultural) --hecho al que ya aludió en anteriores misivas--, "es imposible adecuar un plan de evacuación a la normativa vigente, con el consiguiente peligro en caso de contingencia grave".
"Habitualmente, los componentes de la dirección trabajan mucho más de 40 horas semanales sin facturar horas extra", afirma, y vuelve a referirse a aspectos relativos a los gestores de la empresa al señalar que "a veces la dirección llama por teléfono fuera del horario de trabajo, e incluso en festivo, para preguntar o interesarse por asuntos de trabajo".
Todo esto lo pone en conocimiento de la Inspección de Trabajo "a los efectos oportunos" y también informa a la autoridad laboral de las vacaciones fijadas por la dirección para la semana que viene --notificación que se produce a menos de 72 horas del comienzo de dicho periodo, lo que lo hace legalmente inviable--.
TRABAJADORES
Por su parte, trabajadores han vuelto este viernes a la factoría en torno a las 7,15 horas, cuando comienza su turno, pero han permanecido a las puertas, ya que la factoría sigue con la producción parada --no así otros departamentos y oficinas--.
La producción quedó suspendida este jueves, después de que el propietario, Segismundo García, lanzase este desafío a la Inspección de Trabajo ante sus requerimientos.
La plantilla carece de comité de empresa después de años con conflictos internos y denuncias de represión sindical como la protagonizada por la por entonces presidenta del comité Rogelia Mariña.
Tanto el jueves como este viernes, representantes de CC.OO., CIG y UGT se han desplazado hasta la factoría para asesorar a los trabajadores, que también fueron informados de sus derechos y pasos a seguir por un inspector de Trabajo que el primer día se personó en el lugar.
Ni a la Xunta ni al Gobierno central le consta que se haya iniciado ningún expediente de regulación de empleo --trámite que sería preciso para el cierre que anunció Segismundo García en un primer momento-- y el Ministerio de Trabajo ha pedido una reunión urgente con la dirección del grupo ante la trascendencia de los hechos --no descarta que sea la propia Yolanda Díaz quien se ponga al frente de este asunto--.
SINDICATOS
En declaraciones a los medios de comunicación este viernes, Xorxe Caldeiro (CIG) ha calificado la situación de "esperpento" y "caos". "No hay comunicación directa con los trabajadores y no se quiere dar la cara. Ayer se hizo una reunión que fue más una reprimenda que otra cosa", ha censurado.
Respecto a las vacaciones, ha asegurado que los trabajadores que se encuentran a las puertas durante toda la mañana no han recibido tampoco ninguna comunicación.
Por su parte, José Antonio Zan (CC.OO.) también ha hablado de una situación "esperpéntica" y ha constatado que "para poder poner unas vacaciones se necesitan dos meses". "Si es un permiso retribuido no tenemos problema ninguno, pero si son vacaciones de su calendario laboral (...) en ese caso creemos que sería ilegal, con lo cual no se podría hacer", ha expuesto.
Para Zan, "lo que tienen que hacer --la dirección-- es hablar con los trabajadores y no imponer", ya que "hoy mismo podrían estar trabajando y produciendo".