Floristerías ultiman los pedidos de flores para los cementerios, una tradición que pasa de "padres a hijos"

   A CORUÑA, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Floristerías gallegas están recibiendo ya desde hace unos días "bastantes pedidos" para el Día de Todos los Santos ante la tradición de llevar flores a los cementerios en recuerdo a los allegados o conocidos fallecidos.

   Se hace en un día festivo y en la jornada previa al Día de Difuntos, que es el 2 de noviembre. Claveles, crisantemos o dalias son algunas de las flores por las que, tradicionalmente, se ha optado y se sigue haciendo, aunque algunos negocios apuntan a que hay gente que se decanta ya por otro tipo de flores o por preparar un ramo, un centro o una jardinera con una propuesta "más variada".

   Así lo ha asegurado a Europa Press Tania Alonso, una de las socias de Floristería Calo, en A Coruña, que explica que "sigue habiendo mucha tradición". "Como todos los años", apostilla al ser preguntada por los pedidos, preferencias de la gente o lo que gastan los clientes.

   Lo mismo señalan desde las floristerías Arume, en Lugo; Santa Mariña en Ourense o Malopa, en Cangas. "Estamos recibiendo como habitualmente", indica Loli Sánchez de este último establecimiento. Como otras propietarias consultadas, destaca que son clientes que mantienen el mismo estilo de encargos.

   Además, recalca que en su caso inciden en la importancia de realizar los encargos al tener las flores ya en el establecimiento para estas fechas con tiempo. "Muchos pedidos", resumen, a su vez, desde Viveiro sobre unas flores en las que también figuran, entre las peticiones, las rosas.

   "Estamos a nivel de otros años", añade Marisol Rey desde la floristería Santa Mariña, de Ourense. "Incluso más", apostilla, aunque aclara que, en algunos casos, hay gente que reduce el número de flores y, con ello, el gasto. "En vez de cinco, tres", cita como ejemplo.

UN DÍA DE RECUERDO

   El Día de Todos los Santos es una festividad dedicada a aquellos que, según la Iglesia, ya han alcanzado el cielo, y en el que por parte de los que se acercan a los cementarios se recuerda a los fallecidos, ya sea por creencia o por tradición.

   Al respecto, mientras que una parte de las floristerías consultadas sostienen que la tradición se mantiene sobre todo en gente mayor, que suele ser su cliente, otras aseguran que pasa de "padres a hijos".

   Frente a esto, en algún establecimiento aluden a un "cambio de cultura". Este es el caso de Teresa Vázquez, dueña de la floristería Marga, en la ciudad herculina, que afirma que tienen encargos, pero no tantos como otros años y que desde la pandemia hay más gente "que espera a última hora".

   "Llevo 30 años y he detectado un cambio brutal", manifiesta al citar menos pedidos ya desde que se introdujo la incineración o el temor de las personas mayores a acudir a cementerios con la pandemia. "Es un cambio cultural que viene para quedarse", asegura al argumentar que, a su juicio, no hay tanta tradición como antes.