SANTIAGO DE COMPOSTELA, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, ha buscado este lunes la suerte en Santiago, una ciudad que ha paseado durante más de una hora pidiendo el voto a turistas y compostelanos. Y es que, además de entregar propaganda electoral, ha aprovechado para comprar un cupón de la ONCE tras confesar a un peregrino que, para él, "sería un sueño" poder completar el Camino.
Si bien en el casco antiguo apenas se paró con ningún viandante, convencido de que únicamente se encontraría con extranjeros, nada más salir de la almendra comenzó a saludar a los vecinos. Uno de los primeros viandantes con los que se topó le animó a "mandar al coletas a Cuba" tras desearle que "Dios le guarde".
Pese a ser para muchas personas un desconocido, hasta el punto de que una señora no dudó en preguntarle abiertamente quién era, también fueron muchos los que le comentaron que se le veía "mejor que en la tele". "La televisión no te favorece; estás mejor así", le aseguró un señor, con el que el ministro bromeó con invitarle a lo que quisiera.
Asimismo, durante su paseo se topó con un enfermero que le pidió "cambiar" su política con este colectivo, y con él departió durante unos minutos para explicarle su visión; lo mismo que hizo con un niño equipado con la camiseta de la selección española: ambos charlaron sobre sus jugadores favoritos después de que el chaval augurase que La Roja endosaría "un cinco a cero" a Croacia.
En el transcurso de su visita a la capital gallega --acompañado por la diputada Marta González, la senadora Paula Prado, el concejal Agustín Hernández y el presidente del PP coruñés, Diego Calvo--, el ministro también aprovechó, entre petición de voto y petición de voto, para agradecer su labor a una cooperante de Unicef.
Finalmente, tras aseverar a un señor que la campaña "va bien", elogió la belleza de Santiago ante los periodistas tras celebrar haber podido conocer por fin el Ensanche después de sus "muchas" visitas a Compostela. "Nunca me traen hasta aquí", bromeó sobre sus anfitriones en la céntrica Praza Roxa.
