El Sergas garantiza que "no se va a concesionar nada" en el Hospital de Lugo

Actualizado: jueves, 21 octubre 2010 22:35

BNG alerta de que la UE fija "cautelas" para el diálogo competitivo y el PSOE advierte de que "no se puede hipotecar en exceso el futuro"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

El director de Recursos Económicos do Servizo Galego de Saúde (Sergas), Pablo Torres, ha garantizado este jueves que "no se va a concesionar nada" en el nuevo Hospital de Lugo, al tiempo que ha asegurado que "no va a haber recortes" según lo previsto en esta infraestructura.

De ello ha informado en comisión parlamentaria, preguntado por el BNG tras su comparecencia a petición propia para informar de la próxima apertura de este centro hospitalario. Sobre este punto concreto, únicamente ha recordado que el 22 de noviembre estará listo para comenzar a recibir el material de otros hospitales.

Sí ha precisado que el traslado se hará en cuatro fases, comenzando por las consultas externas y pruebas complementarias para continuar con la hospitalización. En una tercera fase, se moverán las urgencias y unidades de cuidados intensivos (UCI) y, por último, se trasladarán las unidades administrativas y periféricas. "Estará funcionando antes de que termine el año", ha calculado el alto cargo del Sergas.

En este punto, ha señalado que, para proceder a su apertura, la Xunta ha invertido 38,3 millones de euros en dotación y equipamiento, otros 5,7 millones finalizar la obra y otra partida de 20 millones para hacer frente a la liquidación. "Nos encontramos un edificio vacío y sin dotación presupuestaria", ha lamentado, en relación al cambio de Gobierno.

Pese a ello, el Ejecutivo autonómico ha terminado esta infraestructura, que "marcará el futuro de la sanidad pública para los próximos 50 años", dado que contará "con alta tecnología médica y con la última tecnología en sistemas de información para garantir su seguridad y accesibilidad".

EDIFICIO VACÍO

Tras celebrar la próxima apertura del Lucus Augusti, el portavoz de Sanidade del Grupo Parlamentario Socialista, Modesto Pose, quien, no obstante, ha hecho hincapié en que el bipartito dejó el edificio terminado y listo para ser equipado. "Claro que estaba vacío, como siempre que se acaba un edificio", ha remarcado, al tiempo que ha desmentido que no contase con su presupuesto para su dotación.

"Se quejan de que había agujeros por todas las esquinas, pero las cosas se fueron pagando pese a que en sus segundos presupuestos siguen disminuyendo las partidas para la sanidad", ha espetado el diputado del PSdeG al representante del Sergas, para ironizar a renglón seguido con que los miembros del PP "gestionan mejor".

En su turno de réplica, Torres ha explicado que la situación requería buscar una fórmula que "desligara las inversiones del ciclo económico", por lo que la Xunta optó por el diálogo competitivo para la adquisición de la tecnología. Esta modalidad incluye los importes de adquisición y los correspondientes al mantenimiento de los equipos una vez terminada su garantía --ocho años más--.

Frente a este procedimiento, ha recordado que los anteriores dirigentes eligieron un renting por 10 años para la adquisición del mobiliario clínico y la tecnología, lo que suponía "un alto pago de intereses". Para ilustrar la comparación, ha detallado que el bipartito preveía invertir en esto 61,3 millones, con una inversión real estimada de 45,6 millones de euros, mientras que ahora, el gasto se rebaja hasta los 38,3 millones de euros.

"Parece que ustedes no tenían problema en pagar nada menos que 15,7 millones de euros en intereses y mantenimiento en un período de 10 años", ha censurado.

DIÁLOGO COMPETITIVO

La elección de esta fórmula no ha satisfecho a los portavoces de la oposición en el ámbito sanitario y, en primer lugar, Ana Luisa Bouza (BNG) ha advertido de que la propia Unión Europea (UE) ha establecido "cautelas" para el recurso a ella. "La UE, que no se caracteriza por defender los servicios públicos, fija precauciones", ha subrayado la nacionalista, quien ha rechazado emplear este procedimiento para la dotación de un hospital.

A mayores, Pose ha llamado la atención sobre que "no se debe" abusar de este tipo de fórmulas para "no hipotecar en exceso el futuro". A su juicio, el recurso constante a ellas provocará que "en tres o cuatro legislaturas" no haya "nada que gestionar", sino que la Xunta únicamente estará para pagar el gasto corriente.

"Pido moderación y que se abandone esta posición de papanatismo", ha enfatizado, al tiempo que ha cuestionado las cifras aportadas por el director de Recursos Económicos del Sergas amparándose en cuantías publicadas en diferentes medios de comunicación.

Finalmente, el representante del PPdeG en el debate, Dámaso López, ha criticado la gestión del bipartito en materia de sanidad y ha sintetizado que únicamente dedicó la legislatura "a cambiar el nombre al Juan Canalejo y a intentar cambiar el del Sergas".

PLANTE DE LOS SOCIALISTAS

El debate sobre el hospital lucense no fue lo que más caldeó los ánimos en la Comisión de Sanidade, Política Social e Emprego, sino que una llamada de atención del presidente --Miguel Santalices (PP)-- provocó un malestar que derivó en que los socialistas abandonaran la comisión una vez sustanciadas sus iniciativas.

La polémica surgió cuando la secretaria de la comisión, la socialista Carmen Acuña, fue reprendida por interrumpir al representante del Sergas en su intervención. "Aparte de llegar tarde hoy a la comisión, no guarda la compostura", le espetó, dado un retraso de apenas cinco minutos, lo que le valió los reproches de las bancadas de la oposición.

Firme en su postura, Santalices le recordó que "si no quiere ser secretaria, puede renunciar a serlo" pero le advirtió de que no consentiría "sus faltas de respeto institucionales" que comete "en muchas ocasiones". Mientras los socialistas le exigían "disculpas", Carmen Acuña consideró que no debía "aguantar esto" y abandonó la sala.

Al término de la comparecencia, únicamente quedaba en los asientos reservados al Grupo Socialista Beatriz Sestayo, a la espera de realizar una pregunta a la directora xeral de Dependencia, Coro Piñeiro.

Por petición de la alto cargo, ésta debía sustanciarse en segundo lugar --tras una modificación del orden del día--, pero su retraso motivó que el presidente optara por devolver la pregunta a su lugar inicial para ser efectuada de última. Esto molestó a la socialista, quien consideró "un escándalo" la actitud de Santalices y decidió aplazar su pregunta hasta la siguiente reunión de la comisión y salir también de la sala.

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