SANTIAGO DE COMPOSTELA, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
El 40 por ciento de las bateas gallegas con "eficientemente operacionales", según recoge una tesis de doctorado de la Universidade de Santiago (USC), que evalúa ambientalmente el sector acuícola en base a dos especies de referencia en la acuicultura extensiva gallega, el mejillón y el rodaballo, respectivamente.
El estudio de más de 80 bateas situadas en la ría pontevedresa de Arousa permitió determinar las ineficiencias operacionales y cuantificar sus consecuencias ambientales.
De este modo, según indica el trabajo, se estimaron porcentajes de reducción en los consumos operacionales de hasta el 75 por ciento, lo que se traduce en reducciones de los impactos ambientales del 20 por ciento para ciertas categorías, como las de agotamiento de los recursos abióticos y de la capa de ozono.
La metodología empleada es el Análisis del Ciclo de Vida (ACV), cuya principal ventaja radica en el enfoque global a la hora de estudiar un producto, no sólo por la inclusión de todas las etapas productivas, sino también por los estudios de todos sus potenciales impactos ambientales --eutrofización, calentamiento global, destrucción de la capa de ozono, acidifiación, toxicidad y otros--.
La aplicación de la ACV al sector pesquero-acuícola se llevó a cabo en un número muy limitado de casos, destacando los estudios realizados en Dinamarca para peces planos, en Suecia para la cigala, en Noruega para el bacalao y en Canadá para el salmón.
La tesis contribuye, por lo tanto, según resalta, a ampliar el número de especies acuáticas estudiadas con la evaluación ambiental de los sectores acuícolas gallegos del mejillón y del rodaballo, identificando sus puntos ambientalmente críticos y proponiendo potenciales de mejora a lo largo de toda la cadena de producto.
RODABALLO
El trabajo también desarrolla nuevas tendencias en el empleo de la ACV concretamente profundiza en los potenciales de la aplicación conjunta con el Análisis por Envoltura de Datos (DEA) y en la implementación de estrategias de evaluación de la huella de carbono, como vías en la búsqueda de la sostenibilidad.
En el caso del mejillón, la evaluación de la huella de carbono se ejemplificó para un producto típico en conserva, un 'triple pack' de latas redondas. En él se calculó una huella de 4,35 kilos CO2 por cada 'triple pack', lo que equivale a un recorrido en automóvil de casi 30 kilómetros.
Finalmente, la ACV del sector acuícola intensivo del rodaballo en Galicia consideró su producción y consumo e implicó la evaluación ambiental previa de la elaboración industrial de piensos destinados a la acuicultura.
Para el análisis de la etapa de cultivo se distinguieron los impactos asociados a criadero, preengorde y engorde. "En este caso, las contribuciones de la fase de cría a las diferentes categorías de impacto ambiental fueron siempre superiores al 30 por ciento", explicó el autor de la tesis, Diego Iribarren Lorenzo.