PALMA 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Baleares ha pedido el levantamiento de la regla de minimis por parte de la Unión Europea para paliar los sobrecostes derivados de la insularidad en la importación y exportación de manufacturas y productos agroalimentarios.
Esta medida se presenta como una de las grandes reivindicaciones del Govern, según ha indicado en un comunicado la Conselleria de Empresa, Empleo y Energía.
El conseller del ramo, Alejandro Sáenz de San Pedro, y el director general de Empresa, Autónomos y Comercio, José Antonio Caldés, han asistido a la reunión del 'Consejo Interterritorial de Internacionalización' convocado por el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, para analizar el impacto de los aranceles impuestos por los Estados Unidos y las medidas a tomar para mitigar las consecuencias económicas.
Sáenz de San Pedro ha trasladado la preocupación por la situación de Baleares. "Es urgente trasladar a la Unión Europea la necesidad de eximir a las Islas de la regla de minimis, puesto que esta situación limita la competitividad de nuestras empresas. Queremos poder competir en igualdad de condiciones en los mercados internacionales como el resto de comunidades autónomas y empresas", ha expuesto.
Los aranceles aplicados por las autoridades de los Estados Unidos, a pesar de tener un impacto limitado en el ámbito macroeconómico, afectarán directamente las empresas baleares, incrementando los costes de las exportaciones. Esto podría repercutir en un aumento del precio de la cesta de la compra para los ciudadanos del archipiélago, con riesgo de superar tasas de inflación del 4%, que ya se registraron a principios de 2025.
Las mayores preocupaciones del Govern son los posibles efectos indirectos, como el aumento de la competencia por parte de las comunidades autónomas y empresas que exportan en los Estados Unidos, que puede afectar los productos baleares tanto al mercado local como otros mercados internacionales.
También destaca la necesidad de monitorizar el impacto de los aranceles en las economías europeas, puesto que una recesión en los principales mercados turísticos podría afectar gravemente el sector, que representa más del 80% de la economía balear, justo cuando se busca un modelo económico más sostenible.