PALMA 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Tres trabajadora sexuales han reivindicado este jueves, en una jornada organizada por la Universitat de les Illes Balears (UIB), la necesidad de que el colectivo pueda gozar de derechos para poder hacer frente a las violencias estructurales a las que se enfrentan.
La charla, titulada 'Parlen les prostitutes', ha tenido lugar esta tarde en Palma ante cerca de un centenar de personas pese a la polémica surgida en los días previos, después de que colectivos abolicionistas acusaran al centro universitario de promover el proxenetismo entre sus alumnas.
El coloquio ha estado moderado por la profesora de Trabajo Social de la UIB Paloma Martín, quien ha rechazado las acusaciones y ha defendido el evento como una forma de dar a conocer la experiencia de personas que se dedican a una actividad "que no es recomendable para todo el mundo, como tampoco lo es la limpieza o el cuidado de personas".
"Cada mujer tiene que decidir en su momento lo que es bueno para ella. Yo a mis alumnas lo que intento decirles es que el trabajo que tienen que hacer cuando sean profesionales es respetar las decisiones individuales, la autodeterminación y desde ahí acompañar de la mejor manera que puedan a las personas", ha apuntado Martín en declaraciones a los medios de comunicación antes de comenzar la charla.
El trabajo sexual, ha apuntado, es una realidad "muy estigmatizada", por lo que ha considerado que es positivo que la ciudadanía pueda escuchar de primera mano las historias de aquellas mujeres que lo ejercen "desde una posición libre".
"Vienen a contarnos un poco la realidad de cuáles son las causas estructurales que posiblemente mueva a una mujer a decidir ejercer trabajo sexual y también cuáles son las violencias estructurales a las que se tienen que enfrentar", ha señalado Martín.
La sociedad --ha dicho-- suele poner el foco en violencias como la trata de seres humanos, la explotación sexual o la violencia que ejercen los hombres que consumen prostitución, pero no en la "cuestiones estructurales" como las leyes de extranjería o de seguridad ciudadana.
Sobre este asunto se ha expresado Irene, una de las trabajadoras sexuales que ha participado en la mesa redonda. "Muchas veces se habla de la violencia de los puteros, de los proxenetas, que en efecto suceden. Pero nosotras hablamos de violencias estructurales como las leyes que persiguen de forma directa la migración y la pobreza", ha apuntado.
Anabel, otras de las conferenciantes, ha incidido en el mismo asunto, y ha concluido que "con derechos y con seguridad" las trabajadoras sexuales tendrían más herramientas para poder defenderse ante estos peligros. "¿Es tan difícil de entender que queremos derechos?", se ha preguntado.
"No somos una minoría, pero aunque lo fuéramos, ¿qué pasa, que hay que dejarnos de lado como si fuéramos ciudadanos de segunda? Queremos derechos como cualquier otra trabajador en cualquier trabajo normativizado", ha reclamado.
Cosas "tan sencillas", ha reivindicado, como tener derecho a una jubilación o a recibir prestaciones sociales. Anabel, a modo de ejemplo, ha recordado que durante la pandemia dejó de trabajar y fue a la administración a pedir una ayuda, le preguntaron a que se dedicaba.
"Yo dije que era trabajadora sexual, y lo primero que me dijeron es que tenía que dejarlo. Eso no se lo piden a una persona que trabaja en una casa o en un servicio doméstico. Me concedieron la ayuda, pero cuando fui a la revisión y dije que no lo había dejado, me la retiraron", ha lamentado.