El presunto asesino abandonó el lugar en coche 15 minutos antes de la primera llamada alertando del incendio PALMA 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
La víctima de es Carnatge "tenía miedo" del hombre acusado de su muerte por su carácter violento y porque siempre portaba algún tipo de arma, como un cuchillo, una lima, una piedra o un adoquín.
Lo ha explicado en la segunda sesión del juicio con jurado en la Audiencia Provincial el agente de la Policía Nacional que intervino como secretario del atestado, en referencia a las declaraciones que se tomaron al entorno del fallecido y que coincidían en los arrebatos de violencia del procesado y que relacionaban con su elevado consumo de alcohol.
De hecho, el agente ha señalado que sobre el procesado constaban varias intervenciones, algunas con armas, antes y después de los hechos.
El policía, por otra parte, ha explicado que el acusado abandonó en coche el lugar del accidente unos 15 minutos antes de la primera llamada de una vecina de la zona que alertaba de un voraz incendio.
A preguntas de la fiscal Adela Jiménez-Villarejo, el agente ha seguido la línea de lo ya apuntado por el jefe del Grupo de Homicidios que dirigió las pesquisas y que declaró este lunes.
En este sentido, ha vuelto a explicar que tras descartarse, gracias a los posicionamientos de los teléfonos móviles, a dos personas, el revisionado de las cámaras de seguridad de la zona, tras revelar la autopsia que la víctima murió de forma violenta y no a causa del incendio, permitió constatar que el acusado abandonó en coche el lugar del crimen un cuarto de hora antes de la primera llamada a las 03.04 horas de aquel 25 de enero de 2022 en la que una vecina alertaba de un voraz incendio.
Antes del revisionado de las cámaras, los policías interrogaron al entorno de la víctima que, sin embargo, arrojó diferentes descripciones, aunque coincidentes en aspectos como su carácter violento probablemente por el consumo del alcohol, una cicactriz o medio dedo amputado y que frecuentaba la chabola en la que vivía la víctima. "Pero no conseguíamos un nombre", ha añadido.
El policía, por otra parte, ha recordado que la chabola "quedó completamente devastada y carbonizada" y que se tuvieron que buscar huellas y vestigios en lo poco que no resultó afectado por el fuego. "Primero se buscaron vestigios del incendio, pero tras confirmar la autopsia que tenía heridas mortales no compatibles con el fuego, por lo que se buscaron vestigios diferentes", ha explicado.
El entorno de la víctima, ha seguido el policía, refirió episodios violentos, incluso con armas, y la frecuente presencia en la chabola de la víctima. "Iba ganando enteros como sospechoso", ha indicado. El acusado, por su parte, justificaba que siempre portara consigo algún tipo de arma porque vivía en la calle y lo necesitaba para protegerse.
El agente ha profundizado en el hecho, apuntado ya el lunes por el jefe de Homicidios, de que el coche del procesado fuera detectado por las cámaras de la zona merodeando y en actitud vigilante. Según las imágenes, en un momento dado se le vio hasta 15 segundos parado a unos 400 metros de la chabola en llamas.
"¿Qué explicación da a esto?", ha preguntado la fiscal. "Estaba comprobando que la maniobra había surtido efecto y asegurándose el resultado", ha respondido el policía en relación a la voluntad del acusado de borrar cualquier rastro del crimen prendiendo fuego a la vivienda.
A preguntas de la defensa, que ejerce la letrada Marga Toro, el agente ha explicado que se descartó a otras personas, así como un martillo de uno de estos individuos que se encontró, pero que habría sido dejado con posterioridad a los hechos.
LLAMAS DE OCHO METROS
Por otra parte, las llamas de la chabola alcanzaron los siete u ocho metros y se veían desde la autopista del aeropuerto, según ha explicado un agente de la Policía Local de Palma que acudió a la llamada de los servicios de emergencias. "Era imposible acercarse. Sólo pudimos rescatar a un perro que había en las inmediaciones hasta la llegada de los bomberos", ha explicado.
Aunque otros policías y bomberos a quienes se les ha preguntado este martes por las dimensiones del fuego no han precisado la altura de las llamas, sí que han coincidido en que se trataba de un incendio voraz y virulento y del cual hubiera sido imposible no percatarse si se estaba por la zona aquella madrugada de enero.
"Con el fuego prácticamente extinguido le dije a un compañero creo que hay una persona. Él me dijo sí". De este modo ha explicado uno de los agentes del cuerpo de Bomberos de Palma el hallazgo del cuerpo sin vida de la víctima después de una extinción "trabajosa" en la que hubo que ir retirando material a medida que avanzaba la extinción del fuego, que por su violencia requirió la petición de refuerzos tras las primeras dotaciones enviadas inicialmente. "Se pidió otro camión cisterna. Al llegar ya vimos que no iba a ser suficiente", ha explicado.
UNA LARGA INVESTIGACIÓN
Los hechos se remontan a la madrugada del 25 de enero de 2022, momento en que se tuvo conocimiento de la muerte de un hombre en el interior de una chabola incendiada en es Carnatge (Palma).
Aunque inicialmente la muerte parecía haberse producido de forma accidental por la mala combustión de una estufa, tras confirmarse la muerte violenta la investigación culminó con la detención, en febrero de 2023, de un hombre de 32 años y origen español y que permanece desde entonces en prisión y para quien la fiscal pide 20 años de prisión por asesinato.