Las fuerzas especiales matan a 18 miembros de un escuadrón suicida talibán
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Afganistán han anunciado este lunes la muerte de cerca de cien supuestos talibán en una serie de operaciones llevadas a cabo en el país, entre ellas una en la que han muerto 18 miembros de un escuadrón suicida del grupo.
Militares de las Fuerzas Especiales de Afganistán han matado a 18 milicianos talibán que pertenecerían a la llamada Unidad Roja y a un destacamento de suicidas, en una operación desarrollada en la provincia de Faryab, en el norte de Afganistán, ha informado la agencia de noticias Jaama Press.
La operación se ha desarrollado en la localidad de Qalam Balaq. El Ejército afgano ha asegurado que todos los milicianos estaban bajo las órdenes del mulá Nazim, el jefe de la Unidad Roja (la unidad de élite de los milicianos talibán), y del maulavi Rahimulá, el jefe del escuadrón suicida de los talibán.
Asimismo, las fuerzas de seguridad han matado a otros 48 sospechosos durante una serie de operaciones en los distritos de Baraki Barak, Joshi y Pul-e-Alam, todos ellos en la provincia de Logar (centro).
A ello se suma la muerte de otros diez supuestos talibán en bombardeos en Baraki Barak, así como la muerte de 17 talibán en las provincias de Badghis y Herat, ambas ubicadas en el norte del país.
Por último, al menos seis presuntos insurgentes han muerto en dos bombardeos en los distritos de Andar y Ghazni, situados en la provincia de Ghazni (centro). Los talibán no se han pronunciado sobre estas informaciones.
Las operaciones han sido llevadas a cabo en un momento en el que se reúnen en Doha delegados de los talibán y una delegación compuesta por miembros de la sociedad civil afgana y funcionarios del Gobierno --presentes a título personal--, en el marco de los esfuerzos diplomáticos para lograr la paz.
Los talibán llevan meses dialogando con diplomáticos estadounidenses para acordar la retirada de más de 20.000 efectivos de las fuerzas internacionales de Afganistán a cambio de garantías de que el país no será usado como base para ataques terroristas.
Sin embargo, hasta ahora se han negado a negociar directamente con el Gobierno del presidente, Ashraf Ghani, al que consideran un "títere" de Occidente. Ante la ausencia de un alto el fuego, los insurgentes mantienen sus ataques y las fuerzas de seguridad continúan con sus operaciones.
