MADRID 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) alertó este viernes de que, a pesar de que el enfrentamiento activo ha terminado en la zona de Marjah, en la provincia afgana de Helmand (sur), las minas y otros artefactos explosivos impiden el regreso a la vida normal de los civiles y seguirán poniendo sus vidas en riesgo.
"Las minas y los artefactos explosivos suponen una amenaza mortal a los civiles en Marjah", indicó el director de la delegación del CICR en Kabul, Reto Stocker. "Hacen casi imposible que la gente salga de la zona así como la evacuación de enfermos y heridos, que ya de por sí reciben un cuidado médico escaso o nulo", añadió.
Como ni los pacientes ni el personal médico han podido moverse con seguridad dentro de Marjah, varias clínicas han cerrado, a lo que se une que últimamente no han llegado apenas suministros alimentarios, señala el CICR.
"Antes o después, los residentes y los desplazados no tendrán otra opción que la de trasladarse", afirmó Stocker. "Lamentablemente, habrá más bajas, ya que las minas y las bombas de fabricación casera no diferencian un vehículo militar de un niño en una bici", indicó.
El primer puesto de ayuda en Marjah ha vuelto a operar después de verse obligado a cerrar durante la ofensiva que llevó a cabo la OTAN y las fuerzas internacionales, pero aún se necesita la reanudación de los servicios sanitarios. La gente de Marjah, indica el CICR, sigue dependiendo de las instalaciones médicas de la provincia de Lashkar Gah, muy difícil de alcanzar.
El uso generalizado de minas y la presencia de bombas caseras en Marjah, junto con la ausencia de medidas de precaución para proteger a los civiles, va en contra de los principios más básicos del Derecho Humanitario, que prohíbe los ataques indiscriminados y requiere que se apliquen todas las medidas posibles para evitar o minimizar daño a los civiles.