La ONG ve "tímidos pasos adelante" en una región marcada por la represión de la disidencia
MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional ha constatado un patrón de "violaciones generalizadas de los Derechos Humanos" en Oriente Próximo y el norte de África y ha lamentado la "indiferencia" con que actúa la comunidad internacional, a la que ha reprochado por ejemplo que no revise su política de venta de armas a ciertos países implicados en conflictos.
El informe 'Derechos Humanos en Oriente Próximo y el Norte de África: Análisis de 2018' repasa el "descaro" con que gobiernos de 19 países persiguen a la disidencia, en ocasiones "con el apoyo tácito de poderosos aliados". Sin rendición de cuentas, ha habido "vía libre" para la represión, lo que se ha traducido en el encarcelamiento de disidentes, un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes o restricciones a las actividades de la sociedad civil.
Irán, con más de 7.000 manifestantes, estudiantes, periodistas, activistas y trabajadores detenidos, vivió en 2018 un "año de la vergüenza", pero su caso no es único. La directora de la ONG para la región, Heba Morayef, ha lamentado que "prácticamente todos los gobiernos sin excepción han demostrado una escandalosa intolerancia del derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica", en medio de un "silencio ensordecedor" por parte de la comunidad internacional.
"Quienes salieron a la calle para manifestarse desafiando la represión y se atrevieron a alzar la voz para ejercer la crítica pacífica han pagado un precio muy alto. Algunas de estas personas pasarán años entre rejas simplemente por expresar sus opiniones, ya que se dictan condenas absurdamente desproporcionadas para intimidar a activistas y silenciar su voz", ha advertido Morayef en un comunicado.
En Arabia Saudí, también ha habido casos de detención y enjuiciamiento de personas críticas con el Gobierno, aunque en este caso el ejemplo más evidente de la represión llegó con el "estremecedor" asesinato del periodista Yamal Jashogi, que perdió la vida a manos de funcionarios saudíes en el interior del consulado del reino en Estambul a principios de octubre.
Al menos en este caso, el "asesinato a sangre fría" de Jashogi ha servido para que algunos países suspendan las transferencias de armas a un país al que Amnistía atribuye "crímenes de guerra" en Yemen. Arabia Saudí interviene en la guerra yemení del lado del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, que lucha por contener a los rebeldes huthis.
EL COMERCIO POR DELANTE DE LOS DDHH
El director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía para Oriente Próximo y el norte de África, Philip Luther, ha lamentado que, "una y otra vez, aliados de los gobiernos de la región han antepuesto a los Derechos Humanos sus lucrativos acuerdos comerciales, acuerdos de cooperación en materia de seguridad o ventas de armas por valor de miles de millones de dólares, fomentando los abusos y creando un entorno en el que los gobiernos consideran que son 'intocables' y están por encima de la ley".
"Ya es hora de que el mundo siga el ejemplo de Estados como Dinamarca, Finlandia, Noruega y Países Bajos, que han anunciado la suspensión de ventas de armas a Arabia Saudí, transmitiendo el mensaje inequívoco de que violar Derechos Humanos tiene claras consecuencias", ha reclamado Luther.
Este responsable ha apelado también a la rendición de cuentas, una herramienta "fundamental" para que las víctimas de crímenes obtengan justicia y se acabe con "el círculo vicioso de abusos". A su juicio, "hace demasiado tiempo que los autores de atrocidades quedan impunes en todo Oriente Próximo y el norte de África debido a la ausencia de presión internacional".
TÍMIDOS PASOS
Pese a este contexto de "represión desbordante", Luther ha destacado que "algunos gobiernos han dado tímidos pasos adelante" que sirven como "tributo a las personas valientes que defienden los Derechos Humanos en toda la región". "Sirven para recordar a quienes arriesgan por sistema su libertad para decir la verdad al poder y enfrentarse a la tiranía que están sembrando las verdaderas semillas del cambio para los próximos años", ha añadido.
Amnistía ha destacado en su informe, entre otros ejemplos, las leyes aprobadas en el Magreb para combatir la violencia machista o la eliminación en Palestina de una disposición que permitía al violador librarse del castigo casándose con la víctima. En Arabia Saudí, las autoridades levantaron la prohibición de conducir para las mujeres.
En materia de rendición de cuentas, la ONG ha aplaudido el establecimiento de una comisión en Líbano para investigar desapariciones forzadas durante la guerra civil y la creación de una Comisión de la Verdad y la Dignidad en Túnez. También en este último país se han dado pasos para despenalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, algo que ya ha quedado resuelto en Líbano con una sentencia judicial.
