MADRID 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
El terrorista suicida que atentó el sábado contra un cuartel de los guardacostas en Dellys, 80 kilómetros al este de Argel, en el que murieron 30 personas y cerca de 50 resultaron heridas, tenía sólo quince años, según informa hoy el diario argelino 'El Watan'.
Según relata el diario, el adolescente, Nabil, era un alumno serio y apreciado por sus compañeros y vecinos en Bachdjarah, al este de Argel, pero decidió convertirse en kamikaze bajo el seudónimo de Abú Musab al Zarqaui, el líder de Al Qaeda en Irak abatido por los estadounidenses en dicho país.
En el comunicado emitido por Al Qaeda en el Mágreb Islámico --antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate--, Nabil aparece sonriente, con uniforme militar, turbante y un kalachnikov en las manos. Su muerte ha conmocionado a su familia.
"Nabil es mi nieto favorito. Es un niño de lo más respetuoso y tranquilo. Le he visto crecer y nunca habría pensado que un día podría hacer daño a nadie", relata su abuela, citada por el diario, explicando que la casa de la familia no deja de recibir a vecinos para expresar sus condolencias.
"Era el más tranquilo de mis hijos, era un buen estudiante y le gustaba mucho jugar al fútbol", explica por su parte la madre, asegurando que aunque "rezaba no tenía un comportamiento extremista (...) y no dejaba traslucir ningún gesto o acto que pudiera expresar su tendencia hacia el extremismo".
Sin embargo, en un momento dado, "comenzó a frecuentar regularmente la mezquita de Apreuval, en Kouba, al mismo tiempo que iba a la escuela. No faltó nunca, hasta el día en que pasó la noche en la mezquita y luego desapareció", relató la madre.
El adolescente la llamó por teléfono para decirle que no se preocupara y que iba volver, pero también le dijo: "Mamá, tengo miedo, no sé dónde estoy, tengo ganas de huir pero tengo miedo de que os maten porque me han advertido de que si me escapo, la tomarán con vosotros". "Pero no te preocupes, encontraré la ocasión de huir", fueron sus últimas palabras a su madre antes de colgar.
La madre del menor se muestra convencida de que "le han obligado a subir a ese maldito camión para matar a tantos marinos". "Sé que quiso huir y que el conductor le retuvo a la fuerza", asevera rotunda, condenando el uso de menores en la comisión de atentados. "La muerte de Nabil no ha sido más dura que saber que sirvió para matar a una treintena de argelinos. No llego a creérmelo y no dejaré a los que cogieron a mi hijo en paz", promete, lamentando que no podrá enterrarle.