RANGÚN, 7 Oct. (EP/AP) -
La Junta Militar birmana aseguró hoy que ha incautado armas y munición en varios monasterios budistas del país y volvió a amenazar con castigar a todas aquellas personas que violen la ley, horas después de que anunciara 78 nuevas detenciones de opositores.
Así lo indicó después de que las calles de la ciudad más grande del país, Rangún, hayan vuelto poco a poco a la calma una semana después de que los soldados y la Policía abrieran fuego contra los manifestantes que durante días protagonizaron las mayores protestas desde 1988 y tras 45 años de régimen militar.
De hecho, algunos controles policiales han sido retirados y los visitantes pudieron de nuevo acceder a las pagodas de Shwedagon y Sule, los templos budistas más importantes y hasta ahora fuertemente vigiladas por las autoridades después de que se convirtieran en los puntos de comienzo y finalización de las masivas protestas.
El Gobierno asegura que al menos diez personas murieron durante los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad de los días 26 y 27 de septiembre --aunque otras fuentes afirman que las cifras son mucho mayores-- y que alrededor de 1.000 continúan en los centros de detención.
Entre los arrestados se encuentran 135 monjes, según el diario portavoz de la Junta Militar, 'La Nueva Luz de Birmania', en el que se asegura que en las recientes redadas en los monasterios se han incautado armas, cuchillos y munición.
"Los monjes deben atenerse a las leyes de Dios y del Gobierno. Si violan esas leyes, pueden tomarse acciones contra ellos", publica el rotativo, que también continúa denunciando que las manifestaciones fueron "instigadas" por algunos monjes y por miembros de la Liga Nacional para la Democracia, el partido de la líder opositora y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que ganó las elecciones en 1990, resultados que la Junta Militar se negó a aceptar.
