BRAZZAVILLE, 11 Mar. (Reuters/EP) -
Este domingo se ha celebrado el funeral en un centro de convenciones públicas por 145 de las víctimas identificadas que dejó la semana pasada la explosión de un depósito de armas en la capital congoleña, Brazzaville.
Alrededor de 223 personas murieron el domingo pasado como consecuencia de un cortocircuito que provocó la explosión del depósito y el derrumbe de los edificios cercanos. La violencia de la explosión fue tal que rompió las ventanas de edificios situados a más de 5 kilómetros de distancia.
Al funeral han asistido miles de personas, entre ellos el presidente, Denis Sassou Nguesso, y su esposa. El centro de convenciones ha sido habilitado con carpas, en la ceremonia ha participado un coro de gospel y la banda militar del Congo ha interpretado el himno nacional.
Durante el oficio, el arzobispo de Brazzaville, monseñor Anatole Milandu, ha realizado un llamamiento para no ceder a la desesperación, "sino mostrar la esperanza, el amor y la solidaridad".
"Perdí a mi esposa, que fue alcanzada por la metralla mientras se encontraba rezando en la iglesia", ha explicado Jean Emmanuel Tsanku Damangui, de 54 años. "Me ha dejado solo con cinco hijos", ha añadido. Después del funeral los ataúdes han sido trasladados a un cementerio cercano para su entierro.
El incidente ha levantado críticas públicas generalizadas contra el Gobierno por permitir la presencia de un depósito de armas cerca de áreas residenciales.
Hasta el momento, solo 159 de cuerpos han sido identificados, según ha informado Milandu, quien ha presidido el funeral. Los cuerpos de las otras 14 personas identificadas serán enterrados más tarde, según ha explicado.
Alrededor de 2.300 personas resultaron heridas en las explosiones y 14.000 se han quedado sin hogar, según los datos oficiales que maneja el Gobierno.
