Los checos exigen la dimisión de Babis en la mayor movilización desde la caída del Telón de Acero

PRAGA, 23 Jun. (Reuters/EP) -

Unas 250.000 personas --según los convocantes-- se han manifestado este domingo en Praga para exigir la dimisión del primer ministro Andrej Babis en la que se ha convertido ya en la mayor muestra de descontento popular desde la Revolución de Terciopelo que puso fin al régimen autoritario prosoviético en 1989.

La concentración en el parque Letna de Praga supone la culiminación hasta la fecha de semanas de movilizaciones contra Babis, motivadas por una investigación policial que concluyó en abril que el primer ministro había recibido dos millones de euros en subsidios de la UE que no le correspondían, para una granja y un centro de convenciones, y recomendó que fuera procesado.

En la manifestación se han podido ver pancartas con lemas como "Dimisión", "Basta" o "No renunciamos a la democracia" en una multitud salpicada por banderas checas y de la UE y concentrada en un ambiente pacífico como en anteriores protestas convocadas por el grupo Un millón de Momentos para la Democracia, ajeno a los partidos políticos.

"Nuestro país tiene muchos problemas y el Gobierno no los resuelve. No los resuelve porque la única preocupación del primer minmistro es desenredarse de sus problemas personales", ha afirmado uno de los manifestantes, Mikulas Minar, estudiante de teología de 26 años. "Es inaceptable que nuestro primer ministro sea una persona investigada penalmente", ha remachado en su discurso ante la multitud.

El principal foco de disputa gira en torno a Agrofert, un conglomerado de 250 empresas que Babis transfirió en 2017 a un fondo fiduciario. La firma recibe cada año decenas de millones de euros de fondos europeos, la mayoría de ellos ayudas agrarias que no estarían afectadas por las investigaciones en curso.

Babis niega que exista ninguna irregularidad y ha criticado tanto a la Policía como a los responsables de un informe preliminar filtrado de la Comisión Europea según el cual Babis incurrió en un conflicto de intereses por las ramificaciones de su imperio empresarial.

Entretanto, el fiscal general, Pavel Zeman, está analizando si hay base legal para abrir una investigación formal contra el primer ministro.