NUEVA DELHI, 17 Ene. (Reuters/EP) -
Cientos de familias rohingyas han huido de India a Bangladesh en los últimos meses, a raíz de que al menos siete personas fuesen deportadas a Birmania en octubre de 2018, según han denunciado líderes de esta comunidad perseguida, que suma casi un millón de refugiados en territorio bangladeshí.
El Gobierno indio considera a los rohingyas extranjeros en situación irregular y un riesgo para la seguridad nacional, por lo que ha promovido la identificación y repatriación de decenas de miles que viven en precarios asentamientos y barriadas.
Solo en enero, las autoridades de India han deportado a cinco miembros de una misma familia a Birmania, la segunda expulsión en tres meses. Estos movimientos han preocupado a los rohingyas, habida cuenta de que, como recuerda la ONU, siguen sin darse las condiciones para un retorno seguro al estado birmano de Rajine.
Mohamed Arfaat, un líder juvenil que se trasladó en octubre a Bangladesh tras seis años viviendo en el estado indio de Jammu, ha asegurado que "muchas personas en India han pronunciado declaraciones como para lanzar un 'movimiento para matar'".
"Ya nos enfrentábamos a muchos problemas en nuestro país y necesitábamos libertad para vivir en otro lugar. Pero, como si estuviésemos en Birmania, tenemos miedo otra vez", ha declarado Arfaat, padre de dos hijos, desde el distrito bangladeshí de Cox's Bazar.
Según Arfaat y otro líder local, casi 2.000 rohingyas han llegado a Bangladesh desde India en los últimos meses. Un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), ha confirmado que todos están "sanos y salvos" y recibiendo asistencia.
India calcula que unos 40.000 rohingyas viven en asentamientos por todo el país, principalmente en Jammu, Hyderabad y la capital, Nueva Delhi. Solo 16.500 de ellos cuentan con tarjetas de ACNUR, aunque las autoridades indias no reconocen dichas identificaciones.
