Clima.- Sarkozy y Merkel piden que cumbre sobre cambio climático en ONU sea "paso decisivo" para acuerdo en Copenhague

Actualizado: viernes, 18 septiembre 2009 21:49

Reclaman compromisos financieros de todos los países salvo los más pobres y la creación de una Organización Mundial del Medioambiente

PARIS, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, reclamaron hoy que la cumbre sobre cambio climático convocada para el próximo martes por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, suponga el "paso decisivo" hacia un "acuerdo global" en la cumbre de Copenhague en diciembre. Asimismo, reclamaron compromisos financieros por parte de todos los países salvo los más pobres y defendieron la creación de una Organización Mundial del Medioambiente.

En una misiva remitida a Ban con motivo del encuentro de Nueva York, los dos mandatarios subrayan que "en menos de cien días, los 192 Estados miembros de la ONU adoptarán decisiones de las que depende el futuro de la Humanidad y el de nuestro planeta".

Por ello, consideran que hay que "acelerar el ritmo de las negociaciones ahora" y que la cumbre de la próxima semana sea "la de la movilización política" y "un paso decisivo" que permita que en Copenhague se alcance "un acuerdo global y ambicioso". Para que esto sea posible, Sarkozy y Merkel defienden que se debe "dar un mandato claro a los negociadores".

La Unión Europea, recuerdan, "ha asumido compromisos a la altura de lo que está en juego" y "está determinada a ir más lejos en el marco de un acuerdo internacional ambicioso". No obstante, advierten, de que esto sólo será posible "si existe en todo el mundo una verdadera voluntad de superar los intereses particulares".

GRANDES LINEAS DEL ACUERDO

En este sentido, enumeran en su misiva las "grandes líneas" que debe incluir el acuerdo que debería cerrarse en Copenhague y que está llamado a suceder al Protocolo de Kioto. Así, subrayan que debe incluir "un objetivo global de limitación del aumento de las temperaturas en el mundo 2 grados centígrados con respecto a la era pre-industrial, lo que hará necesaria la reducción de al menos el 50% de las emisiones mundiales de aquí a 2050 con respecto al nivel de 1990".

Asimismo, los países desarrollados deberán fijar "compromisos vinculantes y ambiciosos", "coherentes con el objetivo alcanzado en julio en (la cumbre del G-8) en L'Aquila de reducir sus emisiones al menos el 80% de aquí a 2050".

En lo que respecta a los países emergentes, el acuerdo debe incluir el compromiso de éstos a "reducir el crecimiento de sus emisiones con respecto al nivel actual y adoptar un calendario conforme a los datos proporcionados por la ciencia y que se base en el principio de 'responsabilidades comunes pero diferenciadas' y las capacidades respectivas de cada uno".

A este respecto, los países en vías de desarrollo, opinan Merkel y Sarkozy, "deben comprometerse a establecer y hacer públicos antes de 2012 'planes de crecimiento limpio en dióxido de carbono'", mientras que los países desarrollados, añaden, "deben comprometerse a ayudarles a definir y aplicar estos planes".

Por otra parte, el presidente francés y la canciller alemana consideran que se debe llegar a un acuerdo "sobre mecanismos eficaces para apoyar las políticas de reducción de emisiones y de adaptación en los países en vías de desarrollo, tanto en términos de financiación como en el marco de una cooperación tecnológica".

FINANCIACIÓN

En cuanto a la financiación, consideran que "todos los países, con excepción de los más pobres, deben comprometerse financieramente en función del nivel de sus emisiones y de su capacidad de pago".

Por otra parte, opinan que "no sería aceptable que los esfuerzos de los países más ambiciosos se vean comprometidos por fugas de dióxido de carbono que resulten de la ausencia o de la insuficiencia de acción de algunos". Por esta razón, añaden, "debe ser posible introducir medidas de ajuste apropiadas contra los países que no respeten este acuerdo o no formen parte del mismo".

Asimismo, Sarkozy y Merkel defienden la creación de "una nueva arquitectura institucional" y que se debe "favorecer la emergencia de un derecho internacional del medioambiente". En este sentido, consideran que habrá que "seguir progresando por la vía de la creación de una Organización Mundial del Medioambiente".

Por último, el presidente francés y la canciller alemana aseguran a Ban que "junto con nuestros socios de la Unión Europea, puede contar con nuestra determinación para que la cumbre del 22 de septiembre sea un éxito".