MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
Croacia recibe el 2023 con la adopción del euro como moneda y con su incorporación al espacio Schengen, un hito importante para este país que se unió a la Unión Europea hace una década.
Con el cambio de la kuna, hasta ahora la divisa nacional, al euro, Croacia se convierte en el estado número 20 que comparte moneda común. El último país que se sumó al euro fue Lituania, en 2015.
Croacia tuvo que cumplir con una serie de reglas de gobernanza fiscal y económica para adoptar la moneda única. El tipo de cambio será 7,5345 kunas por euro, y el canje será gratuito hasta finales de 2023 en todos los bancos del país.
Aunque el euro entra en vigor como moneda oficial este domingo, 1 de enero, los croatas tendrán un periodo de transición que se prolongará hasta el 14 de enero en el que podrán pagar con ambas monedas.
Bajo los tratados de la Unión Europea (UE), todos los estados miembro, a excepción de Dinamarca, están obligados a unirse al euro tan pronto como cumplan los requisitos, pero algunos como Suecia, Polonia o Hungría no han manifestado la voluntad política de hacerlo.
PRIMERA AMPLIACIÓN DE LA ZONA SCHENGEN DESDE 2011
La última ampliación del espacio Schengen fue en 2011, cuando se incluyó a Liechtenstein. Con su incorporación, los ciudadanos croatas podrán desplazarse por la zona Schengen sin pasaporte.
Tanto el cambio de moneda como su inclusión al espacio Schengen pueden suponer un 'boom' turístico para Croacia, que atrae turistas por sus playas a lo largo de la costa adriática y por la ciudad medieval de Dubrovnik.
La eliminación de los controles en las fronteras con Eslovenia y Hungría y para los ferris a Italia también facilitarán la llegada de turistas y viajeros de negocios. No obstante, las personas que lleguen al país en avión no se beneficiarán de las ventajas del espacio Schengen hasta el 26 de marzo.
Las estadísticas del país muestran que, entre enero y noviembre, Croacia recibió 16 millones de visitantes extranjeros, cerca de los 17,3 millones que recibió en su año récord, 2019, antes de la pandemia.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, tiene previsto hacer este domingo una visita simbólica a la frontera entre Eslovenia y Croacia, en las localidades de Obrezje y Bregana.
La adopción del euro llega en un momento complicado, con la guerra en Ucrania, aumento de los costes de energía, problemas en la cadena de suministros y la inflación disparada en toda Europa.
La tasa de inflación de Croacia se situó en noviembre en el 13,5%, por encima de la media de la UE, en el 10,1%. El comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, basándose en experiencias previas, espera un aumento de precios de entre el 0,1% y el 0,3% tras la entrada en circulación del euro.
El medio plazo, sin embargo, se espera que esa situación se vea compensada por costes de conversión de moneda más bajos y tasas de interés también más bajas. Las previsiones estiman que la inflación de Croacia caiga al 5,7% en 2023.
Por su parte, los croatas creen que los comerciantes redondeen al alza en la conversión de precios. El Eurobarómetro de abril mostró que el 55% de los ciudadanos estaban a favor del euro, mientras que el 42% en contra.
Los croatas han vivido durante décadas con un sistema de doble divisa. Desde que en la década de los 70 muchos croatas se trasladaron a Europa Occidental, a menudo a Alemania, por trabajo y con la llegada masiva de turistas se normalizó pagar en marcos alemanes, y después en euros, las viviendas, los coches y otros bienes de alto precio.